Síguenos F Y T I T R

Ejecutan la condena de 1.000 euros a un ibicenco que atentó contra el honor de Gerard Quintana

También debe publicar el fallo de la sentencia en los periódicos locales

El cantante catalán residente en Eivissa Gerard Quintana. | CRISTIAN CASTRO

| Eivissa |

Un ibicenco fue condenado hace unos meses a indemnizar con 1.000 euros al cantante Gerard Quintana por atentar contra su honor a través de una carta al director en los medios locales en la que le acusaba de haber quemado una bandera española en un concierto, un hecho que está tipificado como delito. Aparte de pagarle esta cantidad por haber cometido una «intromisión ilegítima en el honor y en la imagen profesional del músico», el condenado tiene que publicar el fallo de la sentencia en la prensa local, una obligación que se ejecutará inmediatamente.

Los hechos se remontan a los años de la lucha antiautopista, cuando Quintana, líder del conocido grupo musical Sopa de Cabra, participó activamente en un festival para luchar contra las macro-obras proyectadas por el PP. Fue entonces cuando un ibicenco, Juan Daniel Ferrer, escribió una carta en la que decía: «¿Qué derecho tiene Gerard Quintana (el cantante de Sopa de Cabra), cuyo mayor mérito como artista fue quemar una bandera española en un concierto, y que precisamente fue este gesto tan democrático el mayor detonante que le catapultó a la fama, a venir a Eivissa, insultar a ilustres ibicencos y decirnos lo que debemos hacer?».

En la carta también hablaba de «los nuevos colonizadores» en referencia a su origen catalán y de «artistillas» y «famosillos». La Audiencia Provincial entiende que sobre todo la imputación a Quintana de un delito como es la quema de una bandera española «ataca el honor» del músico y «lo desacredita». «El demandado no ha probado la veracidad de los hechos que imputa», añade el fallo judicial, que también recuerda que el escritor de la carta reconoció en el juicio que lo de la bandera lo oyó de «terceras personas» y que era una «leyenda urbana». Pese a ello, la Audiencia considera que afectó a la proyección pública y al prestigio artístico de Quintana. «La manifestación es objetivamente difamatoria, con publicidad», añade.

Lo más visto