El aérea de prospección, según recuerda el Consell, está localizada a «una distancia mínima de entre cinco y 10 kilómetros» de la costa valenciana y respecto a Eivissa a una distancia mínima de entre 35 y 40 kilómetros. Este proyecto tiene dos áreas, una para hacer campañas geofísicas, que generan «emisiones sonoras muy intensas» de entre 259 a 265 decibelios, y la segunda que abarca las perforaciones con plataformas de prospección.
Las emisiones sonoras de la primera fase causará lesiones a las poblaciones de peces. «Se han comprobado en el Mar del Norte reducciones en las poblaciones de peces, después de actividades sísmicas», explica el documento que el Consell remite al Ministerio de Industria. Esto tendría una consecuencia directa en el sector pesquero. Además, les provocarían «daños fisiológicos graves». En este sentido, «la zona de prospección y donde se harán las campañas geofísicas coincide con la ruta de migración de cetáceos del Mediterráneo occidental», precisa el texto.