A menos de un mes del inicio oficial de la temporada turística, las fiestas en barco en las Pitiüses, más conocidas como party boats, siguen sin tener una normativa concreta que regule su actividad. Casi a finales de la temporada pasada, y después de que se produjera el fallecimiento de un turista que viajaba en una de estas embarcaciones, las diferentes administraciones implicadas se reunieron para acordar qué actuaciones dentro de su ámbito podrían llevar a cabo para controlar más las fiestas en barco. En este encuentro se lanzó la meta de poner en marcha un foro para una futura redacción de una normativa específica a medio plazo que, por el momento, no llega.
La consellera de Turisme, Carmen Ferrer, explicó que todas las administraciones que tienen competencia en esta actividad son «conscientes» de la importancia de controlarla. «Hay que prestar más atención a una actividad que apareció bastante de repente y seguramente tendrá muchos seguidores», explicó.
Desde la dirección de Ports i Aeroports explicaron que su competencia en esta materia radica en hacer requerimientos a las empresas para identificar aquellas embarcaciones o navieras que ejerzan esta actividad sin haber presentado la comunicación previa. A día de hoy, según los datos facilitados, se están preparando «actuaciones sancionadoras» a 13 empresas que operan en las Pitiüses con un total de 30 embarcaciones. A estos requerimientos previos se sumarán esta temporada inspecciones presenciales para comprobar quién dispone de la comunicación de la actividad y, en caso de que no sea así, instarles a que lo hagan o bien paralizar la actividad.
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