Llegó tarde como siempre, sonriente como si nada y estuvo dos horas declarando ante un equipo de gobierno en silencio y una oposición convencida de que siempre juega «a las mentiras y a la medias verdades». La alegría e impuntualidad de Marienna Sánchez-Jáuregui, que se equivocó y se fue a Can Botino cuando debía declarar en el Cetis, contrastó con la seriedad y formalidad de Lina Sansano, que de tan afectada que está por esta situación, acudió acompañada por su familia, por su marido y una de sus hijas, que se mostraron tanto o más preocupados que ella. De igual forma, Antonio Beneyto, cuya comparecencia estuvo en duda hasta el último momento, finalmente llegó con el semblante serio y hasta intranquilo, aunque a la salida daba la impresión de que se había sacado un peso de encima. Y todos la señalaron como la responsable, hasta Juan Daura, que en un principio no estaba citado para comparecer, pero que finalmente subió dos pisos desde su despacho de la Concejalía de Hacienda y respondió a las preguntas de la comisión, y hasta sugirió que Jáuregui debería dimitir.
La primera conclusión de la oposición (excepto del PREF que no quiso pronunciarse) es que la alcaldesa está ahora mismo «en absoluta soledad» desde que sus propios compañeros la señalan como responsable de las irregularidades del caso. «La señora Sánchez-Jáuregui no tiene soporte de su equipo de gobierno, con lo cuál, el apoyo le tiene que estar viniendo de arriba. Esto es un soporte del Partido Popular y de su presidente, que sigue aguantando a su segunda de a bordo en el PP, que es Sánchez-Jáuregui», puso sobre la mesa el concejal de PSOE-Pacte Enrique Sánchez. Ahora, habrá que ver si el resto de los concejales del PP responsabiliza a Jáuregui de esta situación, al igual que Daura y Sansano. Esta incógnita se desvelará en el informe de conclusiones que se elaborará mañana y que los ediles populares quieren pactar con la oposición. Será casi como una cuestión de confianza en la que se verán los apoyos que tiene la alcaldesa en su equipo de gobierno.