Un grupo de taxistas decidió en la noche del lunes bloquear el acceso a Privilege en forma de protesta por la connivencia que, según acusan, mantienen los encargados del aparcamiento de la discoteca con taxis pirata. Según denuncian, los empleados del club les impiden el acceso a favor de los conductores ilegales y también a favor de los taxistas de Sant Antoni, según alguna de las versiones. Mientras tanto, critican los taxistas, decenas de turistas esperan a la salida de la discoteca y terminan embarcándose en un coche ilegal porque a los vehículos oficiales se les impide el paso con la instalación de barreras en la vía pública.
Tres de los cuatro taxistas consultados ayer por este periódico coincidieron en que los conductores del servicio de noche decidieron impedir la entrada de vehículos a la zona para quejarse por una situación que, según denuncian, no es nueva sino que ocurre cada noche. El cuarto conductor aseguró que el bloqueo se formó solo debido a que los encargados del aparcamiento no les permitían acceder a la urbanización a recoger pasajeros, mientras en la puerta de la discoteca aguardaban un taxi, al menos, 40 personas.
Esta actuación demandó la presencia de la Guardia Civil, que a pesar de las declaraciones de los taxistas, no registró ninguna protesta ni bloqueo en el acceso sino más bien un enfrentamiento entre dos conductores de taxi en las inmediaciones de la discoteca, en pugna por un cliente, según informaron ayer desde oficinas de la Comandancia de la Guardia Civil de Balears.
Al lugar, apuntó el Instituto Armado, acudieron patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local de Sant Antoni, que se encargaron de poner fin a la discusión, y no hubo detenidos.
Todos los taxistas consultados quisieron mantener el anonimato, porque, según uno de ellos, «los piratas son mafia pura», pero insistieron en que tienen «una especie de acuerdo» con las personas que controlan el aparcamiento, que también han tenido enfrentamientos con los taxistas oficiales. «No es un caso aislado, pasa todas las noches», se lamentó uno de los taxistas. Según otro conductor, esto ocurre desde el verano pasado y también tiene lugar en aparcamientos de otros establecimientos de ocio de la Isla.