El traslado de todo el tráfico marítimo regular a los nuevos muelles de es Botafoc no acaba de gustar a transportistas y estibadores, dos tipos de profesionales que se encargan de subir y bajar los camiones de mercancías a los buques. En este sentido destacan que «lo único bueno» es que los atraques de las compañías están concentrados «en el mismo sitio», explica un conductor de una empresa de transporte que acude habitualmente a cargar y descargar mercancía.
Problemas
Los estibadores, por su parte, señalan que «no se trabaja demasiado mal», pero confían en que la Autoritat Portuària «haga mejoras» en la zona que va desde el cantil del muelle hasta la acera, un espacio que consideran «muy estrecho. Es ridículo el espacio que han dejado para las operativas de carga y descarga». Así, calculan que entre el muelle hasta la acera hay entre 12 y 16 metros, «lo cual para un tráiler de 18 metros la maniobra se hace muy complicada, sobre todo cuando tienes que girar para entrar a la zona de embarque».
En este sentido, los camioneros se tienen que pegar «mucho a la acera», hecho que ya ha propiciado algunos golpes en señales de tráfico que ya están dobladas. «Antes de que se acabe el verano, alguna farola cae al suelo por un golpe», precisó este conductor. Así recalcan que las farolas en la zona de embarque complican la operativa de carga y descarga porque están «muy pegadas al borde de la acera, con lo cual al maniobrar tienes que ir con cuidado de no darles». De hecho señalan que en el primer pantalán de atraque «te encuentras cuando bajas con el camión o entras dos farolas casi en medio». Advierten de la peligrosidad que supone las medidas de las puertas de embarque: «Tienen entre 2,80 y 2,90 de ancho. Dime tú qué pasará el día que llegue un transporte especial que es más ancho que nuestros camiones, que muchos ya miden 2,60 de ancho».
Mezcla
Otro de los puntos que critican es que toda la mercancía de las dos navieras está mezclada en una misma explanada. «Hay dos explanadas útiles para depositar la mercancía que llega sin conductor. Lo lógico sería que cada empresa tuviera su espacio para su mercancía», explican. Si no es así, advierten, podría darse el caso de que un camión que vaya a Barcelona «acabe en Valencia». A ello hay que sumar el retraso de las operativas, pues la distancia entre algunos atraques y la explanada es de 250 metros aproximadamente, señalan los estibadores. «Con lo cual si tenemos que descargar un camión y tenemos un camión con conductor detrás tiene que esperar a que vayamos a descargar y volvamos a pie a la zona de embarque», apuntan.