Tras tres días de viento y lluvia, los bañistas regresaron ayer a las playas, pero en Platja d'en Bossa se encontraron con una imagen poco habitual para el mes de agosto: prácticamente había desaparecido la arena. Donde normalmente hay hamacas, ayer solo había agua y el mar, habitualmente plano, se mostraba picado y con un fuerte oleaje.
Fueron precisamente las olas que castigaron la playa ayer por la mañana las que convirtieron un pequeño pantalán de plástico ubicado al final del a playa, y que se utiliza para las atracciones náuticas, en un juguete para los bañistas. El golpeo de las olas provocaba que la pasarela se levantase y con ella todos los que se encontraban allí encima. Por un día, la atracción en la playa la trajo el propio mar y no los locales de ocio que pueblan este trozo de costa del litoral ibicenco.