La conselleria de Turisme de Eivissa organizó ayer en el Palau de Congresos de Eivissa una jornada de turismo activo enmarcada en el programa de desestacionalización turística Ibiza Slow Breaks. En este encuentro, siete ponentes explicaron sus experiencias con, por ejemplo, el cicloturismo o ciclismo deportivo, el buceo, la importancia de gestionar bien los espacios naturales o cómo innovar y adaptar los establecimientos hoteleros para ofrecer un mejor servicio a quienes practican turismo activo.
Francesc Xavier Roig, de la consultoría ambiental Qu4tre, destacó la imagen «muy conocida» de la ‘marca Ibiza' con la que se podrían potenciar más otros productos turísticos, además del sol y playa. «Platja d'en Bossa, por ejemplo, ofrece rutas de senderismo para caminar. Eivissa tiene mucho potencial y todo el mundo la conoce», apuntó y destacó la importancia del medio natural para promocionar el turismo activo en la isla. Roig reconoció que el turismo va «asociado a la degradación porque ha habido una planificación nula», afirmó y apostó por la «educación y concienciación» de las empresas y turistas que visitan los espacios naturales y protegidos.
Abierto el turno de debate, uno de los comentarios que se lanzó a los expertos se centró en la ‘ecotasa'. Sobre el hecho de pagar algún tipo de tasa turística, Roig afirmó que «antes de establecer tasas quizá lo que hace falta es educar al que usa el espacio y a la empresa que vende una excursión por un paraje natural porque a veces por el hecho de pagar piensas que lo puedes hacer todo y no es así». Jaume Torres, del centro de buceo Anfibios, afirmó que sus clientes se han quejado este verano por la tasa de inmersiones del Govern: «Es sólo un euro, pero somos el único sector al que se nos ha aplicado y los usuarios se han quejado del estado de las reservas naturales; este año es el que menos control hay por parte de la administración».