Los pasajeros que este domingo por la noche tenían que coger el vuelo de Ryanair SR8140 con destino a Barcelona vivieron una auténtica odisea hasta llegar a su destino.
El vuelo estaba previsto que zarpara del aeropuerto de Eivissa a las 22,30 horas con lo que el embarque debería realizarse media hora antes. Sin embargo, según algunos testigos, comenzó a retrasarse sin causa justificada «mientras no paraban de entrar y salir usuarios con chalecos rojos» del avión que estaba en la pista dispuesto para el despegue.
A las 23,15 llegaron las primeras explicaciones. Según anunció la compañía el aparato registraba un problema con el aire acondicionado que iba a ser reparado en breve. Sin embargo, y según los testigos, un tiempo después la versión cambió, y el el causante de la avería era un pato, tras impactar con uno de los motores al ir a aterrizar en Eivissa.