La defensa de Jaume Matas considera poco motivado y argumentado el veredicto del jurado que condenó a su representado por un delito de cohecho. Éste es uno de los argumentos que nutrirá el recurso del expresident contra su segunda condena por corrupción. La apelación, en este caso ante el Tribunal Superior de Justicia en primera instancia y luego ante el Supremo, se concretará una vez que el magistrado que preside el jurado, Juan Jiménez, dicte sentencia. En la resolución tendrá que fijarse la pena de multa para el expresidente que la Fiscalía fija en 9.000 euros, a razón de cien euros diarios durante tres meses.
Protestas
Durante todas las sesiones del juicio, el letrado de Matas, Miquel Arbona, dejó ya apuntadas varias protestas a decisiones del magistrado, un requisito necesario para luego formalizar el recurso en un juicio con jurado popular.
La defensa mantiene vivas dos cuestiones previas que ya planteó antes del juicio: que el delito ha prescrito y que a Matas no se le interrogó por estos hechos de forma específica durante la instrucción. El presidente del jurado consideró que los hechos no han prescrito, dado que Matas fue imputado por una providencia del juez Castro en noviembre de 2009.
Sin embargo, el letrado de Matas sostiene que esa resolución sólo mencionaba el 'caso Palma Arena', por lo que no abarca estos hechos.
Otro de los motivos que provocó una protesta por parte del letrado fue la introducción por parte de la Fiscalía de las declaraciones de instrucción de varios testigos, entre ellos la del propietario del hotel Valparaíso, Miquel Ramis. En instrucción éste dijo que se sintió «presionado» por Matas para contratar a Areal a cambio de 3.000 euros mensuales. En el juicio matizó esta declaración y aludió a la amistad que le unía con el acusado.
La defensa entiende que al no existir una contradicción entre lo dicho por varios testigos no se puede utilizar lo que dijeron en la instrucción, dado que la Ley del Jurado es más restrictiva en este sentido que la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Ésta es la segunda ocasión en la que Matas tiene que apelar una sentencia. La anterior, el Supremo estimó parcialmente su recurso y rebajó a nueve meses la condena de seis años que le había impuesto la Audiencia.