La crisis económica y la necesidad de cumplir con la estabilidad presupuestaria provocó un recorte drástico de los gastos navideños en las instituciones ibicencas hace unos años, aunque algunas vuelven a retomar ahora los detalles que tenían antaño con los empleados en Navidad.
Es el caso de Sant Joan, por ejemplo, que este año ha recuperado la costumbre de entregar lotes navideños a los empleados. En total, 36 cestas. El Consistorio también vuelve a felicitar las fiestas personalmente por carta a todos los ciudadanos del municipio (algo que seguramente hacen pocas instituciones). Asimismo, se compra una cesta para que se rife en la guardería municipal de Sant Joan para conseguir algunos ingresos. El concejal de Turismo, Transportes y Tesorero, Jaume Marí, indicó que durante dos años no han hecho nada, pero ahora han vuelto a recuperar costumbres. «No es que la economía vaya mucho mejor, pero es para tener un detalle con los trabajadores», explicó Marí, que señaló que todo ello tiene un coste en conjunto de 2.000 euros.
En Vila han optado este año por dinamizar el comercio y la hostelería del municipio, por lo que han entregado un bono regalo de 20 euros a cada trabajador municipal en lugar de la tradicional cesta navideña que han podido gastar en comercios, locales de hostelería o incluso en ONGs de la ciudad. En cuanto a las tarjetas, hace años se decidió que las felicitaciones se hicieran online para ahorrar costes «y contribuir al cuidado del medio ambiente». Tan solo se han enviado 150 tarjetas impresas para los ancianos que reciben el servicio de atención a domicilio por parte del Ayuntamiento. En cuanto a las cenas, no hay ninguna que financie el consistorio.
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