El quinto aniversario de la primera piedra del Parador Nacional de Eivissa no es hoy, ni mucho menos, un motivo de celebración. La obra que comenzó aquel 5 de marzo de 2009 y que debía durar 30 meses está paralizada y sin un calendario que permita vislumbrar el final de los trabajos.
La construcción del establecimiento está parada desde abril de 2011. La integración de los importantes restos arqueológicos hallados durante las obras y la minimización del impacto del aparcamiento subterráneo son los puntos más conflictivos del proyecto y dependen del acuerdo de los técnicos de Turespaña, Consell y Ayuntamiento de Eivissa, que llevan más de un año de reuniones, sin ninguna solución concreta.
El último anuncio de la consellera de Patrimoni, Pepita Costa, es un principio de acuerdo técnico que permitirá a Turespaña licitar la redacción del proyecto modificado. Esta redacción contará con el seguimiento técnico de las instituciones ibicencas, y el proyecto resultante saldrá a concurso público para que una nueva empresa adjudicataria pueda retomar las obras.
A su vez, también se ha pedido la ayuda de los asesores de la Unesco del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) para que colaboren en minimizar el impacto paisajístico que el aparcamiento que se ubicará en los baluartes Sant Bernat y Sant Jordi tendrá sobre la murallas de Dalt Vila, declaradas Patrimonio de la Humanidad.