La jornada de ayer en la décima Trobada de Pobles no fue apta para personas a dieta. Y es que todas y cada uno de las nacionalidades participantes se esmeraron todo lo posible por presentar a partir de la hora de comer lo mejor de su gastronomía patria haciendo las delicias del público con espíritu gourmet.
Así, la ensaladas wakame de Japón, los huevitos moya de Ecuador, el saisi y el mocochinche de Bolivia, las pastas de almendras, nueces o dátiles con té de Marruecos, el thiebu dieane de Senegal, el bitso bitso, el puto y el mamón de Filipinas, las orelletes y la greixonera de Eivissa, o el chipaguazú de Paraguay, fueron los grandes protagonistas de la jornada.
«Qué barbaridad, todo esto está de muerte, no sé con qué quedarme», comentaba Carmen, una mujer que acudió desde Albacete en compañía de su marido Antonio procedentes de un viaje del Imserso. En cambio él si lo tenía claro. Prefería el producto nacional. «Todo esto de otros países está muy bien para saber que cocinan pero yo me quedo con mis tapas y mis productos andaluces, murcianos y de Santander», concluía muy serio.
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