La Junta General de Imvisa aprobó ayer con dos años de retraso las cuentas de 2012, cuyos resultados son pérdidas por 2,4 millones de euros. Con un voto de abstención, la concejala no adscrita Marienna Sánchez-Jáuregui permitió al equipo de gobierno sacar adelante estas cifras negativas, producto que de una gestión que «deja mucho que desear», según reconoció la propia alcaldesa Pilar Marí, en un ejercicio de «autocrítica». Precisamente, también se sometió a votación la gestión de la empresa pública realizada en 2012, que fue desestimada por todos los grupos de la oposición, un rechazo que hasta el equipo de gobierno aceptó con un voto de abstención a su propia gestión. Una votación insólita que dejó a todos los grupos de la oposición sorprendidos.
La junta comenzó media hora antes del pleno, con la presencia de todos sus consejeros, que son los mismos concejales de la Corporación. Las críticas llegaron del concejal socialista Marc Costa, que lamentó las pérdidas ocasionadas «por la falta de gestión» y recordó al equipo de gobierno que «las decisiones en lo público tienen consecuencias».
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