Hasta trece entidades representantes de la comunidad educativa presentaron ayer una declaración consensuada «en defensa de la educación que queremos en las Islas», un acto que «va más allá del conflicto, para entrar en la renovación», declaró el presidente de FAPA-Mallorca, Vicenç Rodrigo.
La declaración busca un doble objetivo, explicó, «por un lado comunicar a los ciudadanos lo que consideramos que debe ser la educación y, por otro, concienciar a la clase política de que somos muchos los que queremos estabilidad educativa más allá de la alternancia política».
La declaración, añadieron los firmantes, es «fruto del esfuerzo por entendernos y no se puede interpretar únicamente como una recopilación de voluntades o exigencias sino también como el compromiso de nuestras entidades y de todo aquél que la quiera hacer suya». A ella, «se puede sumar cualquier persona de cualquier ideología, pues va más allá del conflicto», insistió Pere Pol, miembro de la Assemblea de Docents.
Las entidades que apoyan esta declaración son la Associació de Directors de Secundària de Mallorca, la Associació d'Inspectors d'Educació, la Associació de Directors d'Infantil i Primària de Mallorca, la Assemblea de Docents de Balears, la Assemblea de Docents desConcertats, la Assemblea de Mestres i Professors en Català de Balears, Cooperatives d'Ensenyament, FAPA-Mallorca, CCOO, UGT, Plataforma Crida y Stei-i.
La declaración tiene cuatro pilares: primero, la búsqueda de «una verdadera autonomía de los centros para adaptarse a la realidad. Segundo, la exigencia de «unos recursos económicos y personales suficientes para garantizar el derecho a la educación, para poder implantar programas de mejora y atender la diversidad».
Tercero, la demanda de «una nueva regulación de la enseñanza de las lenguas y, por último, la búsqueda de «un pacto social y político por la educación que recoja las propuestas anteriores y sea fruto del consenso».