«Está francamente sabroso, no sabía que un cordero podía tener este sabor tan suave», comentaba ayer por la mañana Teresa Almeda, una turista zaragozana que está pasando unos días de vacaciones en Eivissa al probar su primer bocado de la pierna asada que desde el Consell y la Pimeef ofrecían de forma gratuita en el paseo de Vara de Rey de Vila. No fueron los únicos sorprendidos. Belén y su novio Pedro, de Murcia, también quedaron encantados, y eso por no hablar de Agneta, Erika, Alger o Roth, llegados desde Colonia. A estos últimos les gustó tanto que estuvieron a punto de acabar con la pierna entera. «Está muy bueno, mucho mejor que en nuestro país y además con un poco de vino entra muy bien a esta hora», comentaron a Ultima Hora.
Así que escuchándolos y, sobre todo, observando cómo se chupaban, literalmente, los dedos, el objetivo del Consell d'Eivissa y de la Pimeef, de que la gente conociera las virtudes de la raza ibicenca de oveja, en peligro de extinción, quedó sobradamente cumplido. «Apenas quedan unos trescientos ejemplares con vida y es una auténtica pena porque las ovejas pitiusas tienen un sabor muchos mejor que cualquier otra ya que se cría al aire libre, comiendo del campo y en unas condiciones muy características que da la Isla», explicaba ayer Josep Lluís Joan, técnico de calidad agroalimentaria del Consell d'Eivissa.
Sin embargo, el propio Joan también explicó que la raza ibicenca juega en desventaja contra otras de la Península. «Tiene mucha menos salida que el resto porque es una oveja más baja, a la que le cuesta más crecer, menos musculosa, con costillas más pequeñas y paletillas más largas que las que se comercializan ahora en toda España y a la que están acostumbrada los consumidores», se lamentaba el técnico del Consell.
A pesar de todo, desde la máxima institución pitiusa se sigue animando al consumidor a que compre producto de la tierra. «Tenemos que concienciarnos todos de que aunque es un poco más cara estás comprando algo de mejor sabor y además, estás ayudando a que se siga manteniendo una raza autóctona que ha sido durante siglos la ganadería más extendida de la Isla», comentaba Joan.
No en vano, el técnico comentaba la importancia de la oveja ibicenca en la vida payesa durante siglos. «Siempre ha sido muy útil porque además de ser muy resistente al clima de Eivissa, era un animal al que se podía sacar mucho provecho, ya que era una gran desbrozadora de hierba y servía para obtener su carne, su leche para quesos y flaós de pascua y su lana», explicó.
Precisamente la lana también ha sido durante siglos uno de sus mayores reclamos. «Hay que tener en cuenta que antes no se tenía tanto acceso a la ropa como ahora y tener un buen jersey o abrigo de lana para pasar el invierno era fundamental, y la que se conseguía de la oveja ibicenca era de tanta calidad que hasta los romanos la citaban hace millones de años», explicó el técnico del Consell.