Durante el día de ayer volvieron a ser millares las personas que accedieron a la ciudad antigua de Dalt Vila para disfrutar de las últimas horas de esta nueva edición de la Feria Medieval, que se despidió a última hora de la noche hasta el próximo año.
Pequeños y mayores, residentes y turistas pasearon entre los 140 puestos de comida, artesanía y regalos, mientras los espectáculos y pasacalles se sucedían uno detrás de otro. Ayer, la Banda Municipal de Eivissa ofreció un concierto acompañado de danzas medievales, mientras en el claustro del Ayuntamiento de Vila los más pequeños disfrutaban de un cuentacuentos.
La previsión, a falta de los números oficiales que pueda facilitar el consistorio, es que a lo largo de estos tres días pasaran alrededor de 150.000 personas.
De hecho, ante la avalancha de los primeros días, el Ayuntamiento de Eivissa se vio obligado a ampliar la oferta de autobuses que facilitaban el acceso al recinto amurallado. Así, se habilitaron dos vehículos más, que enlazaban los aparcamientos de la piscina de Can Misses y el de Gesa entre las 17,00 horas y las 23,00 horas.