Cientos de fieles desafiaron ayer al calor y tiraron de abanico y paciencia para poder disfrutar de la tradicional misa y procesión del Corpus Christi por las calles de Dalt Vila.
Aunque el día en el que se conmemora la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo fue el pasado jueves los pitiusos tuvieron que esperar hasta ayer por la noche y a que terminara la misa oficiada por el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, y que se prolongó durante algo más de una hora.
En ella, Segura insistió a los fieles que poblababan la Catedral a que recibieran el cuerpo de Cristo en eucaristía «al menos cada domingo» y recordó la labor que hace la delegación de Cáritas en Eivissa. «Cáritas ha crecido mucho en nuestra Isla no sólo por la crisis sino tambien por el esfuerzo que hacen los cientos de voluntarios que trabajan durante todas las horas del día para ayudar a los más necesitados», recordó el obispo en su omilía.
Tras ello, en torno a las ocho y cuarto de la tarde comenzó la procesión en la que volvió a jugar el papel protagonista la Custodia de la Catedral, la reliquia dónde se coloca la hostia tras ser consagrada, y que marchó en todo momento bajo palio sostenida por por seis hombres.