«El Grupo Nóos operaba bajo la dirección unitaria de Diego Torres y Iñaki Urdangarin, quienes lideraban el grupo en su condición de jefes, teniendo un control absoluto y poder de decisión en el mismo». En esos términos se expresa el excontable de Nóos Marco Antonio Tejeiro en su confesión, plasmada en ocho folios, y que el fiscal anticorrupción Pedro Horrach hizo llegar ayer al juez instructor del ‘caso Nóos', José Castro.
En el escrito el excontable de Nóos acusa a Urdangarin y Torres de crear un entramado para apoderarse de fondos públicos mediante la organización de eventos, «cuyo coste hinchaban», subraya, así como la falsificación de facturas, el fraude a la Agencia Tributaria y la contratación de empleados ficticios.
La súbita irrupción del primer arrepentido puede dar un vuelco a la causa en su tramo final, ya que el juez cerró la instrucción la semana pasada tras casi cuatro años de pesquisas.
Marco Antonio Tejeiro, hermano de la esposa de Diego Torres, Ana María, también imputada, no menciona para nada a la infanta Cristina y centra todas sus acusaciones en Urdangarin y Torres.
El escrito resume unas negociaciones de varias semanas entre los abogados del excontable, del despacho de Cristóbal Martell, que defiende, entre otros, al futbolista del FC Barcelona, Leo Messi, y el fiscal Pedro Horrach.
Empleados ‘simulados'
«En el desarrollo de su actividad (de Nóos), tuve conocimiento de la contratación de algunos empleados con la finalidad de conseguir beneficios fiscales.... a consecuencia de lo expuesto, el dinero que supuestamente se pagaba a los antedichos empleados ‘simulados', se lo terminaban repartiendo formalmente Torres y Urdangarin», señala Tejeiro.
Añade que la actividad principal del Instituto Nóos se centró en los foros Illes Balears y Valencia Summit, cuyos fondos públicos de las comunidades autonomas de Balears y Valencia «se terminaron repartiendo y distribuyendo entre Torres y Urdangarin».
Subraya, con respecto a esos foros, que las facturas emitidas «no respondían a servicios realmente prestados», sino que era «una forma en que Torres y Urdangarin se repartían los beneficios del Grupo Nóos».
Según Tejeiro, «el coste real de la organización de los eventos de Balears y Valencia fue notablemente inferior al importe recibido de los organismos públicos».
Con respecto a las sociedades creadas en paraísos fiscales, el excontable de Nóos señala en el escrito de confesión que dicha estructura «tenía por finalidad principal el desvío de fondos hacia el extranjero, ocultando a los verdaderos beneficiarios, así como conseguir una tributación fiscal más beneficiosa que en España».
Destaca que el margen comercial o de beneficio derivado del Instituto Nóos «no se destinaba a los fines y objeto de la asociación sino que se vehiculaba a las mercantiles privativas de Torres y Urdangarin». La confesión de Marco Antonio Tejeiro supone una ratificación absoluta de los indicios incriminatorios contra los exjefes de Nóos que el juez y el fiscal habían recopilado a lo largo de la investigación.
Imputado por siete delitos –prevaricación, fraude, falsedad, tráfico de influencias, estafa y malversación–, el excontable se enfrentaba a penas muy elevadas de cárcel, que verá reducidas, casi con toda seguridad, tras convertirse en el primer arrepentido de la causa.