La teniente de alcalde de Cultura, Patrimonio y Fiestas, Lina Sansano, renuncia a su cargo al no sentirse respaldada por la alcaldesa Pilar Marí y no poder ejecutar buena parte de los proyectos de sus áreas por falta de presupuesto y porque «se han priorizado otras áreas». Además, Sansano advierte que en los últimos meses se ha sentido «marginada» por el círculo más próximo a la primera edil.
La dimisión de la que fue número 3 de la candidatura municipal en el 2011 se podría hacer efectiva el próximo lunes, después del encuentro que debe mantener con el presidente del Partido Popular de Eivissa, Vicent Serra.
En los próximos días, la teniente de alcalde deberá decidir si junto a su cargo ejecutivo también entrega el acta de concejala o la mantiene.
Inestabilidad
Esta nueva baja en el equipo de gobierno agrava la crisis que vive el Ayuntamiento tras la de Juan Daura, que cesó en su cargo de primer teniente alcalde a mediados de junio. En estos momentos la inestabilidad en Vila se plasma en la composición del pleno. La alcaldesa ha contado hasta ahora con el apoyo de diez concejales (los siete del PP – incluida Sansano -, los dos del PREF y un independiente) de un total de veintiuno. Por lo tanto, para aprobar sus proyectos debe esperar a lo que voten a favor en cada uno de los casos el regidor de EPIC, Antonio Villalonga, y la exalcaldesa, Marienna Sanchez-Jáuregui, que se dio de baja del PP tras su dimisión hace más de un año.
Como prueba de esta inestabilidad, en la última sesión plenaria Marí tuvo que utilizar su voto de calidad para sacar adelante la aprobación de un crédito de un millón de euros para la liquidación de la empresa pública ITUSA.
La decisión de la hasta ahora teniente de alcalde ha sido meditada y se produce después de diversos desencuentros con la alcaldesa Pilar Marí, tanto por cuestiones presupuestarias y como por discrepancias en la gestión. La última de estas fricciones se produjo tras una reunión del grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, en la que se concretó el remanente que correspondía a Vila y que ascendía a 47.000 euros. La intención de Sansano era invertir ese dinero en diversas actuaciones consideradas relevantes y urgentes, entre ellas la elaboración del Plan de gestión que la UNESCO obliga a entregar a las ciudades catalogadas como Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, las expectativas de la teniente de alcalde se frustraron cuando Marí le comunicó que esos 47.000 se destinarían a la elaboración de un libro protocolario del Consistorio y la compra de objetos de merchandising, como muestra de atención a las visitas.
Sansano considera que, en una ciudad que detenta la citada condición, las partidas destinadas a la preservación del patrimonio histórico «deberían ser prioritarias».
Por otra parte, la regidora asegura que desde el cambio que se produjo al frente de la alcaldía, su papel en el equipo de gobierno se ha ido diluyendo hasta el punto de sentirse apartada del núcleo de decisión municipal.