En la segunda parte de la entrevista concedida por Vicent Serra a este periódico, el presidente hace balance de los tres años que llevamos de legislatura y analiza la situación de su partido. Se podría concluir que en ambos casos, su grado de satisfacción es elevado.
—¿En el 2012 accede a la presidencia del partido en Eivissa, después de un congreso complicado, que usted gana por tan sólo una veintena de votos respecto el otro candidato, Pepe Sala. El partido estaba fracturado y esa fractura, si nos basamos en los gestos, las declaraciones y los silencios, sigue vigente. Parece ser que no ha tenido capacidad de restañar esas heridas...
—Para que dos personas estén peleadas basta que una no quiera hacer las paces. Hay que reconocer que hay puntos de vista diferentes sobre distintos temas, pero tampoco hay que magnificar esas cuestiones. A nivel general, creo que el partido está unido, y en los temas que nos separan estoy seguro que llegaremos a acuerdos.
—¿Está insinuando que usted a intentado integrar a los ‘salistas' y éstos no se dejan?
—Yo no hablaría de ‘salistas'. Hubo gente que apoyó a Pepe Sala y otra que me apoyó a mi y con los primeros no tengo ningún tipo de problema; como lo demuestra la relación fluida y transparente que tengo con los consellers que eran partidarios suyos. Por mi parte, estoy haciendo todo lo posible para que las reticencias que pueda haber entre las distintas sensibilidades del partido desaparezcan. El comité de dirección, sin ir más lejos, integró a los responsables de las juntas locales, y la mayoría de ellos habían apoyado a Sala. Nunca ha habido un ámbito tan amplio de participación como hay ahora en el partido. Todos los temas importantes han sido debatidos en el comité de dirección.
—¿Por qué no se habla con Enrique Fajarnés?
—En todos los trabajos hay gente con la que te llevas mejor y con la que te llevas peor. En política, lo mismo; hay gente con la que tengo una relación política y ninguna relación personal. Lo importante es que el trabajo no se vea afectado.
—¿Me está diciendo que usted ha hablado de política con el señor Fajarnés en los últimos tres años?
—Cuando no se acude a los ámbitos donde se toman decisiones es difícil hablar, pero él está haciendo su trabajo, yo estoy haciendo el mío y a nivel político no hay problema.
—¿Y con Pepe Sala, qué tipo de relación tiene?
—Tenemos una relación absolutamente fluida. En el momento que hay algún tipo de problema político lo hablamos.
—¿Las expectativas de crecimiento de Eivissa para el 2014 se sitúan en un 3,7 por ciento, mientras que en Balears es del 1,1. ¿Esos datos se reflejarán en el trato del Govern hacia Eivissa a nivel presupuestario o Mallorca nos seguirá asfixiando?
—Yo creo que no sabemos transmitir todo lo que estamos consiguiendo del Govern balear. Estamos muy acostumbrados a los titulares mediáticos, a exigir muchas cosas, a gritar sin conseguir ni la mitad de lo que se pedía. Pero los tiempos han cambiado y la relación con el Govern es otra. Las exigencias se han planteado de una manera distinta y se han conseguido también de distinta manera. No descarto grandes titulares cuando no consigamos alguna reivindicación, pero de momento no ha hecho falta. Estamos hablando de la finalización de un nuevo hospital, del servicio de radioterapia, de abrir residencias, de que nunca se había llegado tan lejos en el tema de promoción turística, de liquidar una deuda histórica, de una nueva ley de financiación que ha supuesto una inyección anual importante en las arcas del Consell, de una ley del suelo etc. Cuando acabe la legislatura tendremos las mayores inversiones de Balears en Sanidad, Bienestar social y Medio ambiente.
—¿Se siente engañado por el conseller Company por no informarle de que se hicieron sondeos en el Golfo de León?
—En absoluto. Tengo una relación muy cordial con él y debo decir que siempre atiende las peticiones que se hacen desde Eivissa. Por otra parte, estamos indagando sobre el contenido del informe, que al parecer se referían a una prospecciones realizadas al norte de Menorca con unas licencias que ahora están anuladas.
—¿Ha hablado con él desde que se hizo pública la existencia de ese informe?
—Sí. He hablado con él de este tema y de otros.
—¿Qué puede hacer y qué va a hacer el Consell para proteger el islote de Tagomago a corto y medio plazo?
—Todos los movimientos que hemos hecho hasta ahora han sido para preservar el islote. Continuaremos incidiendo en la vía jurídica.
—¿Eivissa se seca y los ayuntamientos y las empresas concesionarias se van pasando la patata caliente respecto a la falta de agua. ¿Qué pueden hacer las instituciones al respecto?
—Lo único que queda es establecer las medidas restrictivas de agua que ya anunció el Govern hace unos días. El problema de Eivissa es que la potabilizadora aun no está en funcionamiento. Desde el Consell estamos insistiendo y reivindicando que se desbloquee la situación y lleguen las partidas económicas necesarias. De esta manera habría una menor extracción de subsuelo. Lo cierto es que por primera vez hay partidas previstas en los presupuestos generales del Estado.
—¿Estamos más cerca que nunca de comenzar a aplicar esas medidas de ahorro de agua?
—Al parecer sí. Si no llueve en agosto, tendremos que pedir al ciudadano que gaste menos agua.
—La relativa calma que vive el Consell es más demérito de la oposición que mérito suyo?
—Mientras nosotros gestionemos medianamente bien, la oposición va a tener pocos argumentos; de hecho, en tres años ha recurrido más al insulto y a la bravata que a la crítica de la gestión.
—¿Precisamente una de las críticas de Xico Tarrés se refiere a la imagen que proyecta Eivissa al exterior y a que esa imagen de debe a la manga ancha que se está dando a los empresarios del ocio; party boats, discotecas, el desparrame de Sant Antoni...
—Lo que me comenta se está dando hace mucho tiempo. Las party boats, por ejemplo, tiene decenas de años. Lo que ocurre en Eivissa nos beneficia por una parte, porque nos convierte en un destino muy deseado y por otra parte nos perjudica porque los ciudadanos de aquí no encontramos espacios de separación nítidos. Sea como sea, gracias a la iniciativa privada Eivissa ocupa lugares importante tanto en lo económico como en cuanto a prestigio turístico. Creo que deberíamos de reconocer todo lo que el ocio reporta a una isla que ha pasado momentos muy difíciles.
—¿No ve riesgo de morir de éxito?
—Ese es el gran reto que tenemos, el Consell y todas las instituciones.
—¿El turismo de calidad con, por ejemplo, el paradigma de Sant Antonio es dificilmente conjugable...
—Es que no hay que descartar ningún tipo de turismo, lo que hay que hacer es acotar los excesos y me consta que el Ayuntamiento de Sant Antoni está haciendo lo imposible al respecto. Pero insisto, tenemos que dar espacio a todo tipo de turista.
—¿De qué se siente especialmente orgulloso en estos tres años de gestión?
—De la recuperación económica del Consell, por ejemplo, que ahora está limpio de deuda.
—¿A qué precio social?
—A un precio social mínimo, porque lo que hemos hecho es reestructurar el Consell, gestionando mejor y dotando de eficacia los recursos propios.
—Faltan diez meses para las elecciones. ¿Qué le preocupa más el desgaste de gobernar, la división interna de su partido, que se recupere la oposición o la irrupción de Podemos?
—Hay que creer en el Partido Popular y ser capaces de trasladar a la población que nos ha votado que somos capaces de mantener el nivel de gestión de esta legislatura. Debemos ser capaces de explicar todo lo que hemos hecho.
—Insisto ¿No le preocupa Podemos? Lo digo porque le preocupa a todos los dirigentes de los grandes partidos.
—No me preocupa nada que esté en al ámbito de la democracia. Que se presenten y les rebatiremos sus propuestas igual que ellos nos rebatirán las nuestras. Nosotros sabemos gestionar y ahí están los hechos. Está demostrado que el PP ha sacado a Eivissa, y a Balears, de la crisis con unos resultados económicos que tendrán su reflejo social y laboral.
—¿Confirma que volverá a ser candidato a la presidencia del Consell? ¿Bauzá está de acuerdo?
—Yo me presentaré al comité electoral y a partir de ahí se seguirá todo el proceso. Quiero ser valorado por la población.
—¿Prevé resistencia interna a su candidatura?
—No me preocupa en absoluto porque creo en mí y en el trabajo que he realizado. Puedo explicar todo lo que he hecho y también todo aquello que no he podido hacer.