El Govern invertirá 95.000 euros (76.000 euros en Eivissa y 19.000 en Formentera) para evitar que la procesionaria del pino se convierta en una plaga en las Pitiüses, como ya sucede en Mallorca y Menorca. Para ello, se llevará a cabo el Plan de aplicación aérea del tratamiento contra la procesionaria entre los meses de octubre y noviembre, dependiendo de las condiciones meteorológicas. «La situación de la procesionaria en las Pitiüses está creciendo, sobre todo en Formentera, donde hay un foco incipiente de plaga que ha crecido en los últimos años», comentó ayer el jefe del Servei de Sanitat Forestal del Govern balear, Luis Núñez, quien explicó en la sede del Consell d'Eivissa los pormenores de esta actuación.
Zonas afectadas
Los trabajos consistirán en fumigar un total de 1.390 hectáreas (661 en Santa Eulària, 426 en Sant Joan y 303 en Formentera) de pinar mediante un helicóptero, «un sistema más preciso pero tres veces más caro que en avioneta», avisó Núñez.
Las zonas donde está previsto que se lleve a cabo a cabo el tratamiento contra la procesionaria abarcan desde Cala Mastella hasta Cala Sant Vicent, en la zona noreste de la isla; la zona boscosa de sa Mala Costa que se salvó del incendio a caballo entre los municipios de Sant Joan y Santa Eulària; y es Cap de Barbaria, en Formentera.
Estas áreas es donde mayor número de capturas de orugas Thaumetopoea pityocampa se han producido mediante la red de trampas con feromonas instaladas por la Conselleria d'Agricultura, Medi Ambient i Territori, que consta de 774 puntos –con dos trampas en cada uno de ellos– repartidos por toda la geografía y que se revisan cada quince días.
El Govern estima que harán falta cinco días para llevar a cabo la fumigación de estas zonas. Entre las 7 y las 10,30 horas de la mañana el helicóptero sobrevolará las zonas donde aplicar el insecticida en dosis de tres litros por hectárea. El fitosanitario que se utilizará, llamado Diflubenzurón, tiene la categoría mínima de afectación para los seres humanos y la fauna, y está autorizado por la Unión Europea y el Ministerio de Medio Ambiente.
No obstante, se ha excluido la aplicación del insecticida en zonas urbanas, humedales, explotaciones de agricultura ecológica y asentamientos apícolas.
Imposible erradicarla
Luis Núñez explicó ayer que la presencia de la procesionaria en Eivissa se detectó en 1975, concretamente en unas adelfas ornamentales de Cala Vedella.
El técnico de la conselleria de Medi Ambient comentó que erradicar este insecto «es imposible porque es una especie que se adapta muy bien condiciones para convertirse en plaga». Núñez aseguró que la procesionaria «funciona diferente a otros insectos ya que crece en otoño-invierno, se queda enterrada en el suelo uno, dos y hasta tres años, es gregaria y sale a comer por la noche, por lo que sus depredadores lo tienen más difícil para encontrarla».
Precisamente, entre los meses de agosto y septiembre las hembra de la procesionaria, en forma de mariposa, ponen alrededor de 200 huevos, «por lo que su población crece de forma exponencial». De estos huevos nacerán las orugas 40 días después, «que son muy voraces y se alimentan de las acículas del pino». Es entonces cuando se procede a la fumigación para aniquilar a las orugas.