El jet privado que aterrizó a finales de septiembre en Eivissa cargado con cocaína y que motivó la detención en la isla de tres personas, una de ellas un guardia civil destinado en el aeropuerto de Eivissa, despegó de las Bahamas con 200 kilos de esa droga, informaron fuentes policiales.
Hizo escala en al ciudad suiza de Lausana, donde la policía de ese país interceptó la droga. Sin embargo, como se sabía que el siguiente destino era Eivissa, las autoridades españolas y helvéticas decidieron realizar una entrega controlada, de forma que el jet continuó viaje a la isla. La policía suiza decomisó la droga, pero no toda. Dejaron en el avión cinco kilos de cocaína con el fin de que en España se pudiera demostrar que el objeto del flete de ese jet era el tráfico de drogas.
Esta operación la realizaron agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil de Madrid en colaboración con la policía de Suiza. Tras la detención de estas tres personas, la Guardia Civil realizó al menos un registro en la isla, en concreto en una casa del municipio de Santa Eulària, pero no se encontró más droga.
Los tres sospechosos fueron trasladados por los agentes de la UCO a Madrid, fueron puestos a disposición de la Audiencia Nacional y se encuentran en prisión.
De madrugada
Estos tres hombres, todos de nacionalidad española, fueron arrestados sobre las tres de la madrugada del 24 de septiembre, después de que unas horas antes aterrizara este jet privado.
Los investigadores sospechan que los receptores de la droga eran los dos presuntos narcotraficantes detenidos y que la misión del agente de la Guardia Civil arrestado era la de asegurar la recepción del cargamento. Toda la información sobre este asunto se ha manejado con un gran hermetismo y cautela. Los investigadores sospechan que los dos presuntos narcotraficantes detenidos en esta operación pueden están relacionados con los cárteles de la cocaína de Galicia.
La detención de estas tres personas se produjo después de que la semana anterior fueran arrestados otros dos agentes de la Guardia Civil también destinados en el aeropuerto de Eivissa, en aquella ocasión por robar, presuntamente, 8.000 euros pertenecientes al príncipe de Arabia Saudí Abdulrahman Bin Mossad Abudalziz Al Saud. Dos mil euros se los habrían exigido a un empleado del aristócrata árabe que fue sorprendido por estos dos agentes en el aeropuerto de la isla con 47.000 euros cuando se disponía a viajar a París, según explicó el denunciante, que asegura que los funcionarios le pidieron el dinero para evitar que acabara en prisión, lo cual no es cierto, ya que si bien el límite es de 10.000 euros, sobrepasarlo no supone un delito, al menos en principio.
Los otros 6.000 los hurtaron, supuestamente, en un descuido del empleado del príncipe, que, al parecer, trabaja en la embajada de Arabia Saudí en la capital francesa. En consecuencia, a estos dos agentes de la Guardia Civil se les imputa la presunta comisión de los delitos de cohecho y hurto.
Los dos agentes fueron puestos a disposición del juzgado de guardia, que en esa ocasión se trataba del Juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa.
Su titular, María Luisa Bustillo Gandarillas, les tomó declaración y, tras escuchar sus explicaciones, les dejó en libertad con cargos, si bien adoptó, como medida cautelar, la retirada de los pasaportes y la obligación de comparecer en los juzgados de Eivissa con carácter semanal.