El PI-Eivissa ha denunciado la existencia de un espacio, a la intemperie, descubierto y sin ningún rótulo que lo señalice, que ha ejercido durante años de osario en el cementerio municipal de Sant Antoni de Portmany.
El espacio, de menos de un metro de ancho, tres de alto y seis de largo, está situado entre un bloque de nichos y la pared de unas capillas, y se encuentra oculto tras un falso tabique.
No obstante, si se usa una escalera para acceder a los nichos que están situados a mayor altura, se puede observar el interior de este espacio ciego, donde se acumulan bolsas negras abiertas con restos humanos, fémures, cráneos, vértebras, restos de flores y vegetación que ha crecido en la zona.
El regidor del PI-Eivissa en Sant Antoni de Portmany, Juanjo Ferrer, ha asegurado en declaraciones a Efe que su formación estudia denunciar el caso ante la Conselleria de Salud.
"Parece obvio que aquí no está cumpliendo absolutamente ninguna normativa sanitaria sobre la conservación de restos humanos", ha dicho Ferrer, quien ha expresado la tristeza que le produce esta situación y "el poco respeto" con el que el Ayuntamiento ha tratado esos restos humanos.
"No se ha habilitado ninguna dependencia como osario y se ha escogido un rincón entre el bloque de los nichos y las capillas, lanzando allí los cadáveres sin control, como quien esconde el polvo bajo la alfombra", ha lamentado.
Por su parte, el Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany ha emitido un comunicado en el que asegura que la ubicación de los restos humanos cumple con el reglamento de policía sanitaria y mortuoria, pero admite que "no es una imagen agradable, aunque las bolsas están ocultas a la vista".
El consistorio asegura también que los restos óseos son "trasladados y custodiados siempre en la caseta de aperos" y que este lunes se procederá a tapiar el osario