Voluntarios de la Unidad Móvil de Emergencias Sociales (UMES) de Cruz Roja han denunciado, a título personal, el cierre del albergue que la entidad habilitó la semana pasada en colaboración con el Ayuntamiento de Vila en una sala del antiguo colegio de sa Bodega.
Este albergue especial de emergencia estuvo en funcionamiento el jueves y viernes de la pasada semana, cuando acogió a una y tres personas sin hogar durante las respectivas noches.
En un principio, dicha sala iba a permanecer en funcionamiento hasta este martes, cuando estaba previsto que remitieran las bajas temperaturas de los últimos días.
Sin embargo, los voluntarios de Cruz Roja recibieron la orden, por parte de los responsables municipales de Bienestar Social, de entregar las llaves de la sala el pasado sábado porque a partir de ese día serían voluntarios de Protección Civil quienes se harían cargo del mencionado albergue.
Numerosas peticiones
A pesar de ello, la sala de sa Bodega ya no volvió a abrir. El sábado, durante el recorrido habitual que realiza la UMES por diferentes puntos de Vila distribuyendo alimentos calientes y ropa de abrigo a las personas sin hogar, los voluntarios de Cruz Roja recibieron numerosas peticiones para pasar la noche en dicha sala, aunque tuvieron que decirles que el albergue de emergencia estaba cerrado, sin conocer los motivos de su cierre.
En un comunicado, los voluntarios de Cruz Roja lamentan los perjuicios ocasionados a las personas que «confiaron en pasar la noche» en el albergue de emergencia, «abandonando su refugio habitual y quedando todavía más desprotegidos» y se muestran indignados porque «las personas señaladas como sin techo, sean también tratadas como sin voz».
Asimismo, según relatan los voluntarios de Cruz Roja, que han preferido mantener su anonimato, la policía Local tampoco estaba informada del súbito cierre del albergue de emergencia.