La asociación Ocio de Ibiza (integrada por Amnesia, Blue Marlin, Bora-Bora, DC10, Km5, Nassau Beach Club, Ocean Beach Club, Privilege y Ushuaïa Ibiza Beach Hotel) surgió en el año 2013 por la preocupación ante el «descontrol» y el aumento de la oferta ilegal.
Con cerca de 10.000 empleos directos e indirectos generados, el sector cerró un año positivo y espera que éste tenga también unos buenos resultados. Esta asociación profesional asegura que la isla tiene que recuperar la «sensación de seguridad» para lo que se necesita un aumento de efectivos policiales, que han reclamado en numerosas ocasiones a las autoridades insulares. Este año organizan en la isla un congreso internacional sobre el ocio, que tendrá lugar después de los cierres de las discotecas, por lo que contribuirán a alargar la temporada.
—¿Cómo cerró el sector del ocio nocturno el año pasado, fue un buen año?
—Pienso que la isla en general vivió un momento maravilloso en el que las cosas funcionaron estupendamente y en la isla hemos tenido la suerte de que los momentos malos de crisis nos han tocado de refilón. En el sector del ocio hemos notado un punto de cisis, pero realmente lo que se ha vivido en la Península a Eivissa no ha llegado. Sí que notamos la subida del IVA y pensamos que no se debería haber aplicado, pero seguiremos luchando para que baje, aunque sea complicado.
—¿Hay saturación de oferta de ocio en la isla?
—A nivel de empresas creo que sí que se ha tocado techo; ya somos bastantes y el que venga nuevo tiene que apostar por la calidad y por trabajar dentro de la legalidad. Eivissa está viviendo una situación inmejorable, pero estamos en ese punto límite de llegar a la saturación. Hay que potenciar que Eivissa tiene unas playas maravillosas, que se puede disfrutar haciendo deporte, una gastronomía estupenda y todo esto junto con el ocio hace que la isla esté donde está ahora, en lo más alto.
—Como profesional del sector, ¿qué es lo que tiene el ocio de la isla que atrae a miles de turistas tanto antes como ahora?
—El sector nunca se ha parado; siempre ha apostado por la innovación y la renovación. Considero que uno de los éxitos de Eivissa es que ha estado evolucionando constantemente y eso hace que siempre vayamos un paso por delante y ya no sólo en el tema del ocio sino en restauración, hoteles...al mismo tiempo la grandeza de la isla es que te puedes ir a una playa recóndita para estar tranquilo y también disfrutar de los mejores dj's del mundo. Aquí vienen los mejores dj's del mundo a hacer pruebas y lo que se escucha en Eivissa es lo que en invierno llevan de gira por el mundo.
—¿Han aumentado las contrataciones en los últimos años?
—Sí, se han creado nuevos puestos de trabajo y es gracias al aumento de calidad. Se han incorporado servicios sanitarios propios en las discotecas, antes existía únicamente la figura de un señor muy grande que se ponía en las puertas para que no pasara nada y ahora se examinan para ser controladores de ambiente, por ejemplo. La gente de otros lugares del mundo se asombra de la profesionalidad que tiene el sector del ocio en Eivissa. A la isla viene mucha gente a mirar cuáles son las novedades y qué será tendencia. Tenemos la suerte de que hay poca distancia entre los sitios y en poco tiempo puedes estar en una playa tranquilamente disfrutando de un bullit de peix y más tarde ir a tomar copas para acabar la noche en una gran discoteca. Eivissa tiene todo esto y es muy díficil copiarlo.
—¿Es imposible copiar la fórmula del éxito de la isla?
—Puedes hacer la mejor discoteca del mundo en el Congo, pero no tienes todo lo demás y esto los empresarios del ocio de Eivissa saben que su éxito es por lo bien que están haciendo las cosas y por el entorno en el que están. Es complicado copiar a Eivissa porque tenemos la suerte de la poca distancia y la gran variedad de oferta de todo tipo que hay.
—¿Qué mejoras le piden a las instituciones?
—Hasta el año pasado habíamos tenido mucha suerte con el tema de los robos. Todos los casos no han llegado a la opinión pública, pero ha habido muchísimos robos y muchos con violencia y esto se tiene que controlar. Sé que las autoridades de aquí piden más efectivos, pero están maniatados porque es una decisión de Madrid, pero esto es súper importante para la isla. En el sur de Francia la gente despareció por esa oleada de robos en casas y en la calle y aquí no nos puede pasar esto. Siempre hemos alardeado de que en Eivissa no pasa nada, pero es cierto que las bandas organizadas vienen a Eivissa atraídas por lo que se mueve y esto se tiene que atajar. También la isla en plena temporada está muy sucia a nivel de cartelería y se deberían regular los ticketeros de los bares, que se les dé una licencia municipal, estén identificados y paguen, que se les imparta un cursillo sobre cómo dirigirse a un turista...y otro tema en el que insistimos mucho son las fiestas ilegales en casas de campo; esto hay que abordarlo ya. No hablo de fiestas de cumpleaños de 20 personas sino de mafias organizadas que alquilan villas en el campo, envían mensajes secretos, cobran entrada y las copas. No sé cuál podría ser la solución, pero esto tiene que acabar porque no hay una base legal para esto.
—¿Han crecido las fiestas ilegales en casas de campo?
—El año pasado hubo muchas, pero cada son más listos y lo publicitan menos. Estamos hablando de verdaderas discotecas en medio del monte con todo el peligro que conlleva. Sé que es díficil atajar este problema, pero hay que hacerlo. Nosotros nos hemos ofrecido a las autoridades a denunciar cualquier fiesta que veamos, pero tienen que actuar cuando se les requiere. La imagen de la isla se puede ir al traste con el desmadre y el intrusismo de este tipo.
—¿Se ha perdido la sensación de seguridad en Eivissa?
—En determinados sectores sí porque ya no hablamos de la banda del Rolex sino de auténticos robos de película a empresarios que los esperan en su casa y hay que evitar esto; no tanto por el robo en sí sino por la imagen que se genera de inseguridad. Aquí hay gente muy famosa e importante que pasa largas temporadas en la isla porque aquí pueden estar tranquilos; esto hay que conservarlo. Hemos pedido a las autoridades más efectivos policiales porque la gente debe volver a sentirse segura. El año pasado tuvimos la suerte de que muchas cosas no se filtraron a la prensa y no se terminó de alarmar, pero mucha gente en la isla sabe que está habiendo este problema y se debe cortar de raíz.
—¿Piensa que se llegarán a regular los party boats?
—Es un producto que ha existido siempre; siempre se han hecho excursiones en barco con un poco de música y se tiraban botellas al mar. El problema es la gente de fuera que mete en un barco de 50 personas a 200, les hace sangría en un cubo de basura y hacen un ruido tremendo...esto es lo que no se puede hacer. Se tiene que regular este producto para exigir unas calidades; que lleven controladores, que controlen los decibelios de la música, limitar su cercanía a la costa, dar bebidas de calidad... todo esto si se controla sería perfecto. Las instituciones tienen que controlar al que viene dos o tres meses, a lo mejor paga el primer mes y el resto no. Todo esto hace mucho daño a la imagen de Eivissa.
—Lo que sí tendrá reglamento son los beach-clubs.
—Tenemos la suerte de que hay beach-clubs en Eivissa con una fama y una repercusión mundial increíble. Somos miembros de la comisión de ordenación turística y damos nuestra opìnión de las cosas y una de nuestras peticiones es que se tiene que regular este producto; no todo pueden ser beach-clubs y de cualquier manera. Aunque parezca evidente, un requisito indispensable es que esté cerca del mar, que ofrezca unas grandes calidades y servicio. Un restaurante que me encanta es Ca'nAlfredo; de repente puede llegar alguien y plantar un palé y un hornillo enfrente de este restaurante y decir que ha montado un restaurante de cocina ibicenca. Pues con los beach-clubs pasa lo mismo, no puedes tener un chiringuito o una caseta de pescadores, montar dos meses y un altavoz y decir que es un beach-club.
—¿Hay margen de crecimiento para los beach-clubs?
—Pienso que con los que hay, ya está bien e incluso hay algunos sitios donde hay demasiados.
—¿Hay exceso de ruido en la isla?
—Probablemente sí. La gente no se da cuenta de lo que apuestan las empresas para comprar nuevos sistemas de sonido para así evitar que salga y evitar un exceso de ruido. Luego nos encontramos con que muchas empresas quieren, por ejemplo, poner pantallas u otros sistemas de contención y se encuentran con dificultades urbanísticas. Hay que tener en cuenta que el ruido también son los aviones, la gente hablando en la calle, el exceso de tráfico.
—¿Qué le parece que haya ayuntamientos como Sant Josep que vayan a obligar a instalar limitadores de sonido?
—Si el limitador se pone en todos los sitios, se controla y se hacen las cosas bien la verdad es que no nos gusta la medida, pero si es por el beneficio de la isla tenemos que estudiar cómo hacerlo. ¿Qué pasará con esto? El típico pirata que viene en verano, no da de alta su negocio, no instalará el limitador y cuando lo sancionen ya se habrá acabado el verano y estará fuera de Eivissa.