Tras la jornada de traslado del lunes al nuevo Hospital Can Misses y la ubicación de todo el personal en sus nuevos espacios de trabajo, el gerente del Área de Salud de Eivissa y Formentera, Ignasi Casas, realizó ayer un balance «positivo» y aseguró que se había superado la prueba.
Casas reconoció que el traslado les creó «un poco de angustia» porque se trataba de «desplazar enfermos que se sacaban de un entorno que estaba controlado y que se llevaban a uno nuevo que nunca se había utilizado con pacientes». «Nos hacia sufrir mucho que tuviéramos alguna complicación en el recorrido, incluso pusimos un carro de paradas, pero no hubo ninguna complicación», apuntó.
Urgencias
Respecto al servicio de urgencias, Casas detalló que el primer día se atendieron alrededor de 120 pacientes y alabó las nuevas instalaciones que cuentan con más boxes, una sala de observación con sillones y una sala de espera para evitar que los pacientes tengan que esperar en los pasillos, como pasaba en el anterior urgencias. «Esperemos que este problema lo olvidemos», aseguró. Ante las críticas de los sindicatos por la falta de una mampara de seguridad entre pacientes y personal, el gerente les dio la razón y anunció que a finales de marzo estará «solventado», aunque puntualizó que esta mampara se instala de cara al verano, porque en invierno «atendemos a nuestros vecinos y familiares».
Resonancia
Por otra parte, el gerente de Can Misses también hizo referencia a la avería de la resonancia del nuevo hospital que, aunque es completamente nueva, «da un error que impide ofrecer todas sus prestaciones». En este sentido, aseguró que la reparación se realizará en un mes y medio.
Por último, Casas destacó el «ambiente de alegría» que se respira entre el personal tras el traslado. «Hicimos una visita por las plantas y todo iba bien, incluso me invitaron a jamón», aseguró el gerente, poniendo así la nota anecdótica del balance.