La escoleta de Ses Païsses (Sant Antoni) albergó ayer una fiesta cuyo eje era la multiculturalidad.
«Es una muestra de lo que hemos trabajado durante el último trimestre para que los niños vean que todos tenemos el mismo corazón, independientemente del color de la piel, y que son más las cosas que nos unen que las que nos diferencian», explicó María Isabel Reyes, directora del centro.
Así, la propia escoleta se convirtió en una suerte de museo que exhibía diversos murales y escaparates que reflejaban la gran variedad de culturas que aúna este barrio portmanyí.
Así, había un rincón dedicado a la región o país a cada uno de los 50 niños de la escoleta y sus familias. Además de indumentarias y objetos tradicionales de Eivissa, Andalucía, Rumanía, Holanda o Marruecos, por citar tan solo algunos ejemplos, todas las culturas representadas también se daban a conocer a través de los sabores, con postres que habían elaborado los propios padres.
A los autóctonos bunyols, falons u orelletes, se le sumaron el cebiche ecuatoriano, las torrijas, los roscos de San Blas, el cous cous marroquí o el salami de galletas, un dulce postre rumano.
A su vez, los ojos también fueron premiados con una muestra de pintura de Viky Lillo, Bea Meneses y Júlia Ribes, cuyos cuadros realzaban la multiculturalidad de la sociedad ibicenca.
Y para satisfacer todos los sentidos, diversas actuaciones llenaron de ritmo y colorido la vespertina celebración gracias a la colaboración de algunos artistas vinculados, de una u otra manera, a Ses Païsses, siendo vecinos o padres de algún alumno de la propia escoleta.
En este sentido, rompieron el hielo los alumnos de Capoeira Budoka, que con edades comprendidas entre los 7 y los 10 años, hicieron una auténtica exhibición de danza y acrobacia bajo la batuta de su maestro, el brasileño Pipa.
Acto seguido, Nataly Martínez ofreció un par de actuaciones, la primera de danza del vientre y en un segundo acto dio cuenta del carácter flamenco que fluye por sus venas.
Mientras se cambiaba de indumentaria entre sus dos apariciones, la cantante Verónica San Juan y el bailarín Adrián Pineda se encargaron de subir el tono español con algunos temas del repertorio tradicional de coplas, combinándolo con otros ritmos, como los del dominicano Juan Luis Guerra.