La agenda del presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, empezó en Eivissa, ayer sábado, a las nueve de la mañana. La primera parada fue una reunión con los responsables del Club Náutico de Vila, un encuentro que calificó de «informal» y como «uno más» de los que realiza con «diferentes sectores y colectivos».
Sin cortar cintas
Sin entretenerse demasiado se dirigió al nuevo Can Misses, que era el motivo principal de su visita a la isla (la segunda en una semana). Allí le recibieron en la puerta principal la alcaldesa de Vila, Virginia Marí, y el gerente del Área de Salud de Eivissa y Formentera, Ignasi Casas, que fue el encargado de guiarle por los pasillos del nuevo complejo hospitalario, que Bauzá calificó de «primer nivel».
Era la primera visita que realizaba desde que el hospital estaba en pleno rendimiento (desde el 9 de marzo) y según apuntaron desde el Ib-Salut, Bauzá se había negado a hacer ningún tipo de inauguración ni a cortar ninguna cinta. «Solo ha venido a agradecer el trabajo de todos lo profesionales que han hecho posible el traslado para que ahora se pueda hacer uso del hospital en toda su actividad», detallaron.
Durante el recorrido pasaron por las áreas de hemodiálisis y hospital de día, consultas externas, especialidades quirúrgicas y la planta de hospitalización de pediatría y neonatología. Fue en esta última área donde la visita institucional, con una comitiva formada por una veintena de autoridades, destapó uno de los «encantos» de este hospital. Y es que todas las habitaciones de pediatría cuentan con pinturas infantiles en las paredes, que están realizando diez artistas de la isla. En las puertas, además, los niños se encuentran pegatinas de Bob Esponja o Peppa Pig. Todo para hacer más llevadero el ingreso de los más pequeños.
Pinchos en el Mercat Nou
Tras poco más de una hora de recorrido y después de atender a los medios, el presidente aceptó la invitación de Virginia Marí para pasarse por el Mercat Nou de Vila, donde este fin de semana acogen su primer concurso de pinchos y tapas con un precio simbólico de 50 céntimos a beneficio de Cruz Roja y Cáritas.
En un ambiente más informal, Bauzá decidió quitarse la corbata antes de entrar en el mercado y degustar uno de los pinchos que le ofreció el concejal de Comercio de Vila, Salvador Gallego, situado en uno de los stands.
Durante la vuelta al ‘ruedo', se pudieron escuchar comentarios de todos los colores. Algunos evitaron el saludo y otros aprovecharon para hacer alguna reclamación, incluso uno le espetó un «a ver de que te disfrazas estas elecciones», lo que concluyó en una amistosa conversación. No obstante, Bauzá también habló de forma distendida con comerciantes y compradores, recibió saludos afectuosos y enhorabuenas e incluso un niño pidió hacerse una foto con él. Tal como dijo una ciudadana a su paso, «ya se acercan las elecciones».