Tras acabar el anclaje del emisario de Talamanca al fondo marino desarrollado en el primer trimestre de este año, el Govern puso en marcha ayer el servicio de vigilancia de fondeos para evitar que las anclas de las embarcaciones rompan la tubería.
Durante este mes de abril, una lancha con un patrón informará a las embarcaciones (de diez de la mañana a diez de la noche) que es recomendable dejar una distancia de seguridad de «como mínimo» 30 metros de lado a lado de la infraestructura para así evitar su rotura. A partir de mayo serán dos las embarcaciones las que desarrollen esta labor de vigilancia, que se prolongará «de manera ininterrumpida» hasta el 30 de octubre. Habrá dos turnos diarios de seis horas, de manera que cuatro patrones prestarán este servicio a partir de mayo. Estos patrones reparten trípticos informativos en tres idiomas en los que se indica dónde fondear de forma correcta «sobre fondo de arena o roca y recordando la importancia de preservar las praderas de posidonia», informó ayer el Govern.
Esta medida preventiva junto con la protección de la tubería mediante el anclaje marino tienen un coste de 115.000 euros, asumido por Abaqua y, por ende, el Govern. A estas dos medidas preventivas impulsadas por el Govern se suma el proyecto de balizamiento y señalización de la zona del emisario, que impulsa el Ayuntamiento de Eivissa. Desde el Consistorio explicaron que los técnicos del departamento de Medi Ambient están redactando el pliego de condiciones para sacar el proyecto a licitación.
Paralelamente a estas medidas preventivas, el Govern ha declarado la urgencia para todos los trámites que tengan que ver con la puesta en marcha y creación del nuevo emisario. En este sentido, el Ejecutivo autonómico ha presentado cuatro alternativas de las cuales la Comissió Balear de Medi Ambient deberá decidir cuál es la más adecuada desde el punto de vista medioambiental. Así, dos de las opciones se ubican en Talamanca (sustitución del emisario, pero en la misma zona y refuerzo de la infraestructura ya existente), mientras que las otras dos sacan la tubería por es Botafoc. Una de las alternativas contempla la salida por la punta de S'Illa Grossa (esta es la opción que defiende el Govern), mientras que la otra dibuja la salida por una zona conocida como la sala, situada entre la punta de S'Illa Grossa y el dique de es Botafoc. El conseller Gabriel Company explicó en su última visita a Eivissa que la Comissió Balear de Medi Ambient decidirá en un periodo máximo de dos meses.