El área de Pediatría del Hospital de Can Misses lucirá una nueva imagen dentro de muy poco. Será gracias a una decena de artistas que han decidido decorar de forma altruista todas sus habitaciones con pinturas infantiles que reflejan la flora y la fauna de las Pitiüses. De momento, el proyecto va por muy buen camino ya que ya hay una habitación terminada, en la que la artista de Formentera Celia Jiménez ha pintado ovejas con un estilo muy naif, a otra sólo le quedan los últimos retoques, y una tercera empezaba a decorarse ayer mismo.
Esta idea, que ya se ha implantado con éxito en centros del Norte de Europa y de Inglaterra, nació desde el área de Pediatría de Can Misses para hacer mucho más amena la estancia de los niños en el hospital. «Para los más pequeños venir a un centro como este cuando están malos es algo muy duro, y por eso intentamos que se encuentren lo más relajados posibles y que estén como en su casa o en su clase», explicó ayer Ángela Caballo, supervisora del área de Tocoginecología y sustituta durante la presentación de la iniciativa de la encargada del área de Pediatría, Lola Moya.
Para conseguir su objetivo, el centro se puso en contacto con la artista de amplia trayectoria en Eivissa Merche Trigueros, que a su vez hizo lo propio con la asociación multicultural Amae. Tras un primer contacto en el que el hospital propuso decorar las habitaciones con temas que hicieran referencia a los doce meses del año, la idea dio un giro y se optó por la flora y la fauna de nuestras islas. Así, cuando todo esté terminado los más pequeños de la familia se recuperarán entre flamencos, ovejas, flores, podencos gallos y peces autóctonos.
Todos los dibujos están realizados con materiales que no son tóxicos y que no causarán ningún daño a los niños. Así, por ejemplo, Ana Jakimow está pintando unos preciosos flamencos sobre un fondo azul con pinturas plásticas a las que luego aplicará una capa de látex que permitirá una mejor fijación a la pared y su correcto limpiado. Y a escasos metros, Merche Trigueros hace lo propio con un dibujo de unos maravillosos molinets (flor de la sal) sobre los que vuelan dos divertidos niños a bordo de una alfombra y que esconde alguna que otra petición «al gusto del consumidor». «Mientras pintaba he recibido visitas de los niños que me pedían un monstruo o algún animal entra los molinets y como ellos son los destinatarios finales de estas pinturas, no he tenido ningún problema en añadirlos», comentó ayer la artista con una gran sonrisa.
Además, en este proyecto han colaborado de forma altruista distintas asociaciones de la isla. Por ejemplo, la Asociación de Guarderías de Ibiza y Formentera de PIMEEF han aportado un cheque, y la delegación en Eivissa de la Asociación Española contra el Cáncer otros 4.000 euros destinados a la compra del material que se usa en las pinturas.