Temperaturas rozando los 30 grados han castigado hoy a los miles de personas que han disfrutado del Día Grande de Santa Eulària.
El sofocante calor, sin embargo, no ha amedentrado a nadie a la hora de acudir a los distintos actos previstos durante toda la jornada. Templos llenos, plazas a rebosar y paseos repletos de público, impacientes todos por ver e inmortalizar –los cánones sociales actuales obligan a no solo presenciar, sino también grabar y compartir– bien fuera una demostración de ball pagès, un desfile de carros o una exhibición de doma menorquina.
El Puig de Missa ha sido el epicentro a media mañana, con la solemne misa que ha oficiado el obispo de las Pitiüses, Vicente Juan Segura.