«Conocen muy poco o nada nuestro sector. Llevamos dos años y medio tributando el consumo por encima del resto del sector de la hostelería, concretamente, una coca cola en una sala de fiesta o discoteca tiene un 11% más de IVA que el resto de la hostelería» y recordó que generan puestos de trabajo y apuntó: «Nuestro servicio con la sociedad no es para, encima, ponerle un impuesto más. La fiscalidad que soportamos, como ha reconocido la dirección general de tributos, ha sido inusta durante dos años y medio, y sólo faltaría ahora que haya unos señores que, encima de que estamos maltratados, nos rematen. ¿Qué me hace pensar escuchar propuestas como esta? Que esta formación tiene un desconocimiento absoluto sobre el sector y su fiscalidad». Sánchez no ocultó su «sorpresa» de que esta iniciativa de nuevo impuesto nazca de un partido de Eivissa «donde el ocio nocturno es tan importante para la economía». La coalición política argumenta para defender este impuesto que «las discotecas generan muchos gastos públicos y suponen un impacto notable en la calidad de vida de los residentes, de manera que estarán encantadas de poder colaborar para compensar estos problemas con una aportación que les resultará muy pequeña».
Firmeza
Por su parte, Podemos Eivissa reafirmó ayer ante la prensa (y a la misma hora que habían convocado a los medios la patronal de las discotecas) su intención de implantar este tributo. Según reconoció el número dos al Consell d
'Eivissa, Miguel A. Vericad, sería una medida «difícil» de implantar porque cuenta con «mucha oposición», pero que si llegan a gobernar «implementaremos la maquinaria jurídica, competencial y de mediación social para alcanzar este objetivo». «En muchas ciudades, como Berlín, Nueva York, Barcelona o Ámsterdam tienen implantado un impuesto turístico y ninguno de ellos ha visto disminuir ni el número de visitantes ni los ingresos procedentes del turismo», apuntaron desde Podemos-Guanyem Eivissa. Además de crear un impuesto sobre las entradas de las discotecas defienden una tasa turística. «En muchas ciudades, como Berlín, Nueva York, Barcelona o Ámsterdam tienen implantado un impuesto turístico y ninguno de ellos ha visto disminuir ni el número de visitantes ni los ingresos procedentes del turismo», destacó Vericad, quien concluyó: «no es descabellado que Eivissa, que es un referente mundial del turismo, cuente con un impuesto que compense el impacto social y medioambiental que tiene este tipo de actividad turística sobre la isla».