La segunda jornada del International Music Summit (IMS) no dejó indiferente a los vecinos de determinadas zonas de Vila, como Jesús o barrios como Marina Botafoch, pues los conciertos que arrancaron a las siete de la tarde en el baluarte de Santa Llúcia se oían desde diferentes puntos de la ciudad.
Las actuaciones musicales se acabaron a medianoche, pero fueron muchos quienes llamaron a la Policía Local para dejar constancia de las molestias por el ruido. Ante las quejas y el malestar suscitado entre los vecinos de la ciudad, el Ayuntamiento de Eivissa informó ayer que, de cara a futuras ediciones del IMS, el Consistorio «buscará otra ubicación alternativa a Dalt Vila para la celebración de este evento». La alcaldesa Virginia Marí afirmó ayer que para los conciertos de esta edición no se ha podido buscar una nueva ubicación «porque habría supuesto un incumplimiento de los acuerdos rubricados con la organización».
Tras esta decisión queda por ver qué sucederá con el resto de eventos que ya había programados en los baluartes, como la celebración del Ibiza Roots Festival o bien la celebración del Ibiza Gay Pride por las calles del barrio de la Marina. A este respecto, Vila precisó que tiene la «voluntad» de consensuar con las asociaciones y colectivos implicados la celebración de futuros eventos en los baluartes.
Las primeras quejas por la celebración de este festival en Dalt Vila llegaron el año 2013 cuando incluso la entidad Fomento de Turismo alzó la voz contra el evento. Un año antes, la concejalía de Turisme de Vila aprobó una ordenanza municipal por la cual se permitían la celebración de bodas y eventos en los baluartes previo pago de un alquiler. En la ordenanza, disponible en la página web del Ayuntamiento, se establece que no se pueden sobrepasar los 50 decibelios en horario diurno y los 45 en horario nocturno.