Cáritas tiene dificultades económicas para hacer frente a las obras de reforma de la sede de Eivissa. Las obras que comenzaron en noviembre y tienen que estar acabadas en junio están presupuestadas en 300.000 euros. Financiadas el 60% por el plan Leader, el resto lo asume Cáritas, pero tienen dificultades económicas para asumirlas, tal y como quedó patente en la reunión de la última junta directiva. El coordinador de Cáritas, Gustavo Gómez, explicó que «estuvieron haciendo números y nos faltan 100.000 euros para afrontar las obras. Nos sabe fatal tener que ir pidiendo dinero para obras en vez de las necesidades de la gente».
El presupuesto anual, que ronda el millón de euros se dedica a las actividades diarias. Gómez dijo que se partió de la premisa de que ese dinero no se iba a tocar para las obras, ni tampoco los donativos para el día a día. «Nos pusimos a buscar posibles financiadores y nos está costando. Estamos en contacto con los empresarios. Nos faltan 100.000 euros y tenemos que buscarlos donde sea. Confiamos en la sociedad ibicenca», dijo Gómez. De hecho, algunos empresarios de la isla han colaborado, pero no han reunido la cantidad necesaria. Respecto a las ayudas del Obispado, señaló que «se está trabajando con ellos», pero la intención inicial es que el dinero que falte salga de la sociedad ibicenca.
La sede de Cáritas, un local propiedad del Obispado, tiene más de 40 años de antigüedad. «Empezó siendo una sede pequeña que fue creciendo a medida que iban aumentando las necesidades pero no hubo una planificación inicial. También hay una diferencia de la Cáritas de hace años y la de ahora», relató Fina Ribas, técnica de la entidad. «El local estaba obsoleto. Tenía problemas de humedad de las inundaciones de es Pratet y de las humedades propias del edificio, además que las estancias no estaban bien aprovechadas. Es una reforma integral de toda la planta baja de Cáritas», explicó.
Las obras han afectado a todos los servicios que ofrece Cáritas. Las oficinas de administración y servicios como el de atención, acogida y orientación laboral se han trasladado temporalmente al número 27 de la calle Carlos III,: el reparto de alimentos a un local de la plaza Vicent Calbet; el pretaller y las voluntarias de costura se han reubicado en un local enfrente de la sede del Consell y, de momento, se ha suprimido una de las dos tiendas solidarias.
Centro integral
Gómez se refirió, además, al centro integral de baja exigencia, uno de los proyectos pendientes que aglutinará al comedor, centro de día y albergue y que se ubicará el polígono industrial de es Gorg. Una iniciativa compartida con las instituciones en la que tienen depositadas muchas esperanzas. «Sean del color que sean, queremos que las políticas se centren más en las personas, que es lo que echamos de menos a nivel político. Hay muchas cosas que se pueden hacer de otra manera, teniendo como enfoque a la persona», dijo Gómez. Fina Ribas recordó que son precisamente las clases más desfavorecidas las que han resultado más perjudicadas estos últimos años: «Nos ocupamos de los últimos, los grandes abandonados o las que están en riesgo de exclusión. Cuando se piensa en políticas sociales se piensa en clases medias», lamentó.