La compañía Red Eléctrica y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) impulsan un proyecto experimental de replantación de posidonia oceánica en la bahía de Talamanca y en Santa Ponça (Mallorca). Este proyecto de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) se enmarca en el desarrollo de las interconexiones eléctricas submarinas de Eivissa-Mallorca y Eivissa-Formentera. En este último caso, si las primeras plantaciones en Talamanca dan resultado, se plantea repoblar las praderas de posidonia de la zona de ses Salines. Borja Álvarez, responsable del proyecto, precisa que se trata de algo «experimental» que podría repoblar las maltrechas praderas de posidonia oceánica en el Mediterráneo. Hace unas dos semanas acabaron de plantar los cultivos de posidonia y ahora toca ser pacientes para ver los resultados.
—¿Cómo se les ocurre la idea?, ¿en qué estado encontraron las praderas en Talamanca?
—Antes de impulsar la interconexión eléctrica submarina entre Eivissa y Mallorca había que hacer un estudio de impacto ambiental y vimos la importancia de la pradera de posidonia para el mar Mediterráneo. Empezamos la colaboración con el Imedea y así fue como lo iniciamos todo. Empecé en el año 2013 a trabajar en la idea y el año pasado fue cuando empezamos a trabajar el I+D físicamente; estuvimos un año con toda la tramitación previa.
—¿Cuál es el objetivo del proyecto?
—Acelerar la restauración de las praderas de posidonia a través de brotes y semillas; son como esquejes de las plantas o, en otras palabras, fragmentos que se desprenden a raíz de un temporal y que contienen la raíz de la planta. O bien a través de las semillas.
—¿Cómo se desarrolla la restauración?
—El primer punto que quiero destacar es que no hay una afección invasiva sobre la posidonia, es decir, los cultivos se hacen a partir de fragmentos que vienen por temporales o por las semillas que llegan a la playa. Hay otros métodos, pero son invasivos y nosotros apostamos por estrategias que no lo sean. Con este material hacemos un cultivo en una acuario de agua salada para saber más o menos cuáles van a sobrevivir; es una especie de ‘cuarentena' para garantizar cuáles son los que se sobreviven. Posteriormente, les hacemos un seguimiento y, más tarde, las plantamos en el fondo marino. Una vez plantadas en el fondo marino, les hacemos también un seguimiento para evaluar los resultados, si van creciendo. Calculamos que la tasa de supervivencia está alrededor de un 60%, es decir, estimamos que de diez plantas sobrevivirán seis.
—¿Qué extensión han replantado en la bahía de Talamanca?
—Hemos plantado a una latimetría de -25 metros, -20 metros y -15 metros. Al trabajar en el mar, tienes que tener muy claro lo que quieres hacer: un buzo profesional no puede estar más de media hora a -25 metros, por ejemplo. En cada latimetría hay dos estaciones cada una de las cuales tiene medio metro de ancho por diez de largo; estamos hablando de 30 metros cuadrados. Lo interesante no es tanto que sea una gran extensión sino probarlo para ver si funciona. En total se trata de 120 metros.
—¿En cuánto tiempo se podrán ver los primeros resultados?
—Calculamos que en unos tres años, pero quizá sea antes. El último paso es establecer una metodología que pueda servir para el futuro continuar con proyectos de replantación de posidonia en otras áreas de Balears. Hay que establecer un protocolo, una metodología de trabajo.
—¿Cuántas fases se distinguen en este proyecto?
—La primera es la recogida de fragmentos o semillas La siguiente es el cultivo, que se tiene que hacer fuera del mar, en acuarios de agua salada y, en el caso de Eivissa, lo hicimos en las instalaciones de Manu San Félix en Formentera. Hemos ido haciendo diferentes mediciones, por ejemplo, con la intensidad de la luz, la temperatura del agua, el ph, la salinidad del agua... en la fase de cultivo fuimos midiendo diferentes parámetros. En la fase de plantación, ya lo tienes que tener todo muy claro y muy calculado. Debes saber bien lo que haces. Hemos acabado la plantación de fragmentos y hemos estado recolectando semillas para plantarlas sobre el mes que viene. El problema de las semillas es que no hay cada año; sin ir más lejos, el año pasado no encontramos y este año en Eivissa y Formentera hemos encontrado unas 40, mientras que en Mallorca alrededor de un millar. Lo curioso es que las encontramos en la playa de s'Arenal (Mallorca) y se nos acercaban los turistas curiosos por saber qué estábamos haciendo.
—¿En qué otras zonas podrían replantar posidonia?
—Cuando tengamos los resultados de este proyecto de I+D plantearemos un proyecto de responsabilidad social corporativa para continuar replantando posidonia. Impulsaremos la interconexión entre Eivissa y Formentera, por lo que se podría desarrollar en ses Salines, siempre con la colaboración de la Administración.