Eivissa se derrite. Aunque el calificativo no pretende alarmar sobre la fundición literal de la isla, la sensación de calor extremo que acusan durante los últimos días sus habitantes está muy próxima a estos mensajes apocalípticos. La ola de calor que se ha recrudecido durante los primeros días del mes de julio es la más intensa de la última década y ha supuesto, sin duda, uno de los asuntos más aludidos entre la población. El agobio va en aumento a un ritmo similar al de la factura eléctrica de los hogares. No en vano, la isla permanece en alerta amarilla desde hace 11 días por las altas temperatura y el riesgo de incendios.
Si el pasado mes de junio se registró la media máxima más alta desde que se cotejan datos en el portal Meteo Ibiza (27.3 grados centígrados), el mes de julio ha comenzado con valores que oscilan durante todo el día los 30º de temperatura. La media máxima durante la primera semana de julio ha sido de 29.8º en la estación de Eivissa ciudad, donde se ha registrado una temperatura máxima de 31.1 grados. No obstante, en otros puntos de la isla los termómetros –no oficiales– se han aproximado a los 40º.
Donde se advierte una temperatura anormalmente elevada es en los valores de temperatura media y temperatura mínima que recoge el servio de metereología de la isla de Eivissa. En este sentido, la temperatura media en julio se sitúa en 27.2º, casi tres puntos por encima del mismo periodo hace un año, cuando Eivissa ciudad promedió 24.8 grados. Tan solo se aproxima el mes de julio de 2006, cuando la temperatura media fue de 27.1º.
En cuanto a los valores mínimos, durante la primera semana de este mes no se ha bajado de los 22.8 grados de temperatura y la media mínima se sitúa en 24.1º, valores muy superiores a los de años anteriores, cuando las mínimas descendieron hasta los 18 grados. Son precisamente las temperaturas nocturnas, anormalmente elevadas, las que impiden que la isla se refresque.
En la estación de Sant Antoni los valores son incluso más elevados. Así, anteayer se registró la temperatura más alta de los últimos años (36.6 grados) mientras que las mínimas no han bajado de los 21 dígitos. El municipio portmanyí también atraviesa por los días más calurosos de la última década, con una media máxima (33º) tres y cuatro puntos superior a la de años anteriores.