La formación Amics de la Terra pidió ayer, a través de un comunicado, que el Govern recupere el plan hidrológico de 2011 y ponga solución a la actual gestión del agua que es «deficiente o prácticamente inexistente en todas sus fases».
Los ecologistas «celebran» la aprobación del decreto de sequía para recuperar los recursos hídrico subterráneos, aunque consideran que «llega tarde».
Para Amics de la Terra se deben aplicar las visiones legales de la Directiva Marco del Agua para controlar y limitar la apertura de nuevos pozos, así como implantar tarifas disuasorias y progresivas, y revisar y mantener las redes de distribución de agua, entre otras medidas.
Según apuntan, en Balears se hace un uso «irracional e insostenible» del agua desde hace muchos años, y por ello reclaman «una gestión del agua valiente y coherente».
Según indica la formación en una nota remitida a los medios, en Eivissa «nunca se ha dado prioridad al tema del agua y las consecuencias las estamos sufriendo ahora: agua salada, pérdidas en las redes, falta de agua y problemas de abastecimiento».
Amics de la Terra considera que la gestión del agua «es deficiente o prácticamente inexistente» en todas sus fases: «Desde la extracción de los pozos o la producción de agua potable mediante desaladoras, el transporte en las redes de distribución donde se pierde cantidades inimaginables de agua, la baja calidad del agua que se suministra a los consumidores, hasta su depuración final, tan inadecuada que es imposible aprovecharla para el riego de jardines o la agricultura y que se vierte al mar sin una depuración suficiente, destrozando los ecosistemas marinos».
En este sentido, cabe destacar que ayer entró en vigor el decreto de sequía. Mientras dure la situación de falta de agua en Eivissa se prohibirá la perforación de nuevos pozos, además de reducirse la capacidad de extracción de los existentes –tanto públicos como privados– en un 15%, excepto para el sector agrícola, donde la reducción será del 10%.
Además, se obligará a que todo el agua que suministren los camiones proceda de las desaladoras de Vila y Sant Antoni, que durante el invierno ven reducida su actividad. Con esta medida se prevé el ahorro de hasta 8.000 m3 de agua al día en temporada alta, según los cálculos del Govern.