La tan anunciada ecotasa, cuyo borrador presentó ayer la máxima responsable del Govern balear, la socialista Francina Armengol, gravará más a cruceros, hoteles y residencias de gran lujo y oscilará entre los 25 céntimos y los 2 euros de tipo máximo (por persona y noche) diferenciando entre temporada alta y baja, cuando la cuota tributaria se reducirá un 50%.
Tanto los turistas como los residentes que pernocten en cruceros o alojamientos vacacionales de las islas deberán abonar el impuesto turístico sostenible, con el que el Ejecutivo autonómico pretende ingresar entre 50 y 80 millones de euros al año y que prevé implantar a partir del segundo semestre de 2016. No obstante, tal y como anunció ayer la presidenta del Govern, tras la presentación del borrador se abrirá un periodo de debate sobre el nuevo impuesto dado que «el turismo es el principal motor de la economía balear».
Reacciones
Los responsables de la puesta en marcha de la nueva ecotasa admitieron que se estudiará la manera de que los familiares de enfermos de Menorca, Eivissa o Formentera que se desplacen a Mallorca por motivos sanitarios queden exentos o se les pueda bonificar el importe del tributo.
El anuncio de las cuotas tributarias fue objeto de críticas por parte de la patronal hotelera pitiusa, que considera el impuesto «discriminatorio» porque «sólo lo pagarán los clientes de alojamientos turísticos reglados».
«¿Qué pasará con los turistas que se alojen en yates privados o en casas sin licencia turística?», se pregunta el presidente de la Federación Empresarial Hotelera de Eivissa y Formentera, Juanjo Riera, quien lamenta que «una gran parte de visitantes no la pagarán y parece que se penaliza así a la economía productiva». «Quienes cumplan con los impuestos y las normas, parece que serán penalizados», insistió Riera.
Oferta ilegal
El presidente de la patronal pitiusa recordó, además, que existe un apartado del borrador (concretamente, el artículo 5, letra J) en el que se comenta que también pagarán «las viviendas objeto de comercialización turística que no cumplan con los requisitos establecidos en la normativa autonómica y, por tan tanto, no sean susceptibles de inscripción en la Ley 8/2012 [Ley Turística]». En otras palabras, que se pagará en pisos particulares a los que se les dé un uso turístico: «Si la oferta ilegal no se controla, ¿cómo se puede plantear que vayan a pagar la ecotasa los que vayan a pisos o apartamentos no turísticos situados en edificios residenciales?», apuntó.
Por su parte, Joan Riera (Pimeef Restauració) explicó que el nuevo impuesto «no es descabellado» y resaltó la importancia de «implantarlo bien y que se emplee en mejorar las infraestructuras y la limpieza de la isla, en mejoras que noten turistas y residentes». En esta misma línea, Riera recalcó la importancia de que los fondos recaudados en Eivissa se queden en la isla para mejorarla y señaló que, pese a tratarse de un impuesto turístico, «no creo que vayan a dejar de venir turistas por un impuesto que sirva para mejorar la imagen de la isla».