La lista de inconvenientes que tienen que sortear los establecimientos y los visitantes de la playa de Talamanca no para de aumentar.
La última de las molestias, después de las sucesivas roturas del emisario, son las obras para sustituir la pasarela y el mobiliario urbano que empezó la pasada semana y que se alargará hasta finales de año.
Retirada la pasarela, los accesos habituales a la playa están cortados por vallas que impiden el paso y los clientes de los restaurantes que están al principio de la playa tienen que acceder por la puerta del almacén. Según dicen, la facturación podría haber sido mayor estos días en las que las temperaturas son inusualmente altas para un mes de noviembre.
Los dueños de los restaurantes cuyas terrazas están ubicadas junto a la playa se quejan de que la posidonia muerta «está prácticamente dentro de los locales». Por este motivo, critican que la respuesta que han recibido del ayuntamiento de Vila es que la posidonia no se quitará de las playas hasta la próxima temporada de verano.
Además, alertan de los riesgos para los peatones en las zonas donde han retirado la pasarela, dado que hay agujeros que tapan la posidonia donde las personas pueden hacerse daño si hunden en ellos las piernas.
Por otra parte, dos veleros y dos lanchas varados por el temporal de la pasada semana continúan, doce días después, sobre la arena. Desde el Ayuntamiento de Vila informaron que ya se ha avisado a los propietarios de las embarcaciones, algunos de los cuales ya las han retirado. No obstante, avisan que abrirán un expediente a aquellos que, a pesar de la notificación, no saquen los barcos de la playa.
El consistorio explica además que, después del temporal, se retiraron basuras y plásticos que llegaron a la orilla por la tormenta e insisten en que los trabajos de limpieza se mantendrán a lo largo de los próximos días.