El dibujante Gaston Vuiller, en su libro ‘Las islas olvidadas', publicado en 1893, muestra el desembarazo con que se mataba y embuchaba el cerdo en las vías públicas de Eivissa (…). No hace muchos años que en el Paseo de Vara de Rey humeaban los calderos…». Éstas eran palabras de Enrique Fajarnés Cardona, en el libro ‘Lo que Ibiza me inspiró', publicado en 1985, refiriéndose a otra época, ya pasada. Hoy en día ya no se ve descuartizar al cerdo en las vías públicas, pero las matanzas «haberlas, haylas», como se diría de manera vulgar.
Así, ayer por la mañana se celebró la Fiesta de la Matanza en Forada, incluida en el programa de fiestas de esta vénda. Muy temprano –sobre las 8 de la mañana– se sacrificaba al cerdo en Can Raconada, cerca de es Broll, y después era conducido en remolque hasta el centro social de Buscastell. Allí se procedió a limpiar el animal y a su despiece, para lo cual Toni ‘Gasí', el matarife, había afilado bien su cuchillo. El cerdo pesó 193 kilos, o lo que es lo mismo, casi 20 arrobas. Según palabras del mismo Toni ‘Gasí', «se pretendían hacer unos 25 kilos de sobrasadas y 15 de butifarras, que este año serán consumidas en la próxima caminata del día 7 a es Broll».
Las mujeres dedicadas a llenar las sobrasadas y las butifarras fueron Catalina d'en Tinent y Margalida des Gasí. El resto de la carne sirvió para la frita de matanzas que se degustó a continuación, y como resultó insuficiente, se tuvo que añadir más carne de cerdo comprada en una carnicería. A las 9.30 de la mañana había 270 personas apuntadas para la comida, que consistió en un arroz de matanzas, la misma frita de cerdo, y buñuelos y naranjas, comida típica de esta fiesta. A esa misma hora las mujeres preparon el desayuno, que consistió en empanadas, tocino frito, sobrasada y butifarra, todo ello regado con vino payés. Mientras tanto, el cocinero Pep ‘Benet', colocó sobre el fuego una gran olla que contenía unos 120 litros de agua con los que se hizo el caldo para el arroz, usando para ello pimientos rojos y verdes, ajos, perejil, tomate y pollo o gallina.
Según los socios de la Asociación que participaban en el despiece del cerdo, esta fiesta lleva celebrándose desde que ésta se constituyó.
Coincidencia
La matanza coincidió en lugar con la salida de la caminata de nordic walking, a la que asistieron unas 100 personas. El punto de partido era el mismo centro social y se pretendían recorrer unos 10 kilómetros llegando hasta Sant Mateu por carretera y caminos rurales. Toni Marí, monitor y organizador en colaboración con el ayuntamiento de Sant Antoni de estas caminatas dijo que «ya hacía tres legislaturas que este tipo de acto se lleva a cabo en todas las fiestas de pueblo, aparte de las caminatas que ellos mismos como asociación llevan a cabo». También aseguró que «la filosofía de este deporte es ejercitar el cuerpo entero, y que para ello se valen de las piernas y los típicos bastones con que mueven los brazos, además de pasárselo bien de una forma sana y distendida en buena compañía».