La conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Govern balear comenzará este jueves a eliminar la población de cabras en el islote de Es Vedrà ya que, según han asegurado desde el Ejecutivo, representan una amenaza para las especies endémicas del lugar.
Se trata de una medida de gestión para cumplir los objetivos de conservación que los planes anuales de las Reservas Naturales de Es Vedrà, Es Vedranell y los islotes de Ponent recogen desde hace más de una década.
El islote de Es Vedrà, con una superficie de 62,94 hectáreas, es uno de los espacios de más relevancia botánica en las Pitiusas y Baleares.
En su reducida superficie se han descrito 166 especies de plantas, 12 de las cuales son endémicas y 11 de gran interés florístico y biogeográfico.
Desde el Govern han explicado que la presencia de cabras ha perjudicado sobretodo a las sabinas, algunas de las cuales han muerto a causa de los herbívoros.
Asimismo, en el islote existe como endemismo único la manzanilla de Es Vedrà (Santolina chamaecyparissus ssp.Vedranensis), una subespecie que no crece en ningún otro lugar del mundo.
Otros endemismos insulares presentes son el Teucrium cossonii ssp.Punicum o el Asperula paui o Biscutella ebusitana.
Por eso, la operación se llevará a cabo con todo el cuidado posible para los ecosistemas, con un control de las especies botánicas antes y después de la actuación.
Según han explicado desde el Govern, el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de Cala d'Hort, Cap Llentrisca y Sa Talaia, aprobado en 2002, es aplicable a este espacio natural protegido y hace referencia a la necesidad de conservar los valores naturales de esta Reserva Natural.
Dicho Plan limita la introducción y el mantenimiento en los islotes de cabras, conejos y otras especies que comprometan la conservación de las comunidades vegetales.
Desde el año 1997, antes de la declaración de las reservas naturales de Es Vedrà y Es Vedranell, la Administración ha llevado a cabo varias actuaciones para resolver los problemas de conservación de especies generados por la presencia de cabras.
Según el Govern, se desconoce el momento exacto en el que los animales fueron introducidos en el islote. Los propietarios defienden que se trata de un hecho ancestral, aunque a finales de los 70 las cabras desaparecieron de manera natural.
En 1992, después de casi veinte años de ausencia, fueron reintroducidas por los propietarios.
Se liberaron doce cabras y se llevaron a término una serie de mejoras para la supervivencia de estos ejemplares.
Sólo cinco años después se contabilizaban entre 40 y 50 ejemplares y en 1999 la población se estimaba en una cincuentena, una situación que aumentó la erosión del espacio.
En 2002 la Dirección General de Biodiversidad requirió a los propietarios que retiraran los ejemplares del islote.
Grave problema en el islote
En los últimos años se alertó de nuevo sobre el grave problema de conservación de la flora endémica y singular del islote.
En 2014, se intentó llegar a un acuerdo entre los propietarios y el Govern, que finalmente no fue posible.
Posteriormente, entre en octubre y en diciembre del año pasado, la Dirección General de Espacios Naturales y Biodiversidad preguntó por escrito a los propietarios del islote si las cabras eran de su propiedad. Ya que la respuesta fue negativa, y que además se trata de especies invasoras, la Comunidad Autónoma se hará cargo de los animales de manera subsidiaria.
Actualmente hay entre 37 y 45 cabras, que se eliminarán en dos o tres días. Los cuerpos se tendrán que dejar en el islote, ya que los animales se encuentran sin revisión sanitaria.
Desde el Govern han pedido a los ciudadanos que estos días no se acerquen al islote por seguridad y para no entorpecer la tarea de los profesionales.