Los dos grandes proyectos que deben servir para que parte de la ciudad de Eivissa no quede sumergida bajo el agua cuando, a finales de verano, llegan las tormentas y la gota fría, arrancarán previsiblemente tras la próxima temporada turística.
El conseller balear de Territori, Joan Boned, presentó ayer junto a la teniente de alcalde y regidora de Urbanismo de Vila, Elena Boned, el convenio de colaboración por el cual el Ayuntamiento ha recibido la asistencia técnica del Govern en materia de obras públicas para la redacción de dos proyectos para la evacuación de pluviales: el llamado «pozo de tormentas» de la rotonda de Can Misses y el del camino de Can Murtera, así como la redacción de dos anteproyectos de estabilización del talud de s'Illa Plana, en Talamanca.
El presupuesto para la ejecución de las tres obras superará los dos millones de euros y, según avanzó la regidora de Urbanismo, la colaboración de la conselleria balear supondrá un ahorro de 200.000 euros para las arcas municipales.
Joan Boned lamentó la «dejadez» de los anteriores equipos de gobierno de Vila, que según el conseller ibicenco «no se sabe cómo ni por qué firmaron un convenio [en 2012] y luego se despreocuparon durante cuatro años». «No tiene mucho sentido y dice muy poco a favor de los responsables municipales de la pasada legislatura», criticó Boned, quien denunció que el proyecto del tanque de tormentas estaba «en el fondo de un cajón».
La construcción de este depósito subterráneo en la rotonda de Can Misses tiene por objetivo mejorar el drenaje de la Avenida de la Paz. El tanque, de planta circular, tendrá una capacidad de 3.000 m3 y el agua depositada se podrá reutilizar para el riego de los terrenos aledaños. El proyecto cuenta con un presupuesto de 796.000 euros y el plazo de ejecución, tal y como señaló Elena Boned, es de seis meses.
En el proyecto se prevé dejar preparada la conexión de este pozo para la obra que tiene proyectada el Consell d'Eivissa sobre la construcción de una canalización de drenaje en la misma vía. Según indicaron desde el Ayuntamiento, con esta obra se evitará el problema de inundaciones que provocan las tormentas dentro del casco urbano de Eivissa.
En cuanto al proyecto de evacuación de pluviales por el camino de Can Murtera, los trabajos consistirán en la canalización de los torrentes de agua que afectan a la avenida Ignasi Wallis y el barrio de Es Pratet (sobre todo la calle Pere Francés) en momentos de fuertes tormentas, para que sean evacuadas por una tubería soterrada en paralelo al aparcamiento hasta desembocar en el puerto de Eivissa, a la altura de las barcas de Formentera.
El proyecto, que prevé la construcción de una tubería de 620 metros de longitud, se ha diseñado para que transcurra por zona de dominio público. Tiene un presupuesto de 469.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses.
Estos dos proyectos están incluidos dentro del Fondo de impulso Económico. Los documentos se trasladaron hace unos 10 días al Consell d'Eivissa para su aprobación definitiva, tras la que comenzará el concurso para licitar sendas obras. Según reconoció la teniente de alcalde de Vila, el procedimiento podría retrasar el inicio de los trabajos hasta después del verano.
Talud de s'Illa Plana
El tercer punto en el que han trabajado los técnicos de la conselleria ha sido la redacción de un anteproyecto de estabilización del acantilado de Talamanca y la apertura de la calle de la Mola, cerrado al tráfico debido a los desprendimientos que se vienen produciendo y que han afectado a la estabilidad de la vía.
En este caso se han presentado dos alternativas entre las que el Ayuntamiento elegirá una después de que los técnicos las hayan estudiado. La alternativa recomendada, según explicó Elena Boned, es la que consiste en la construcción de un muro escollera de 45 metros de longitud, una altura de 13 metros y una anchura de 5 metros. La otra alternativa es la instalación de tornillos de acero anclados.
La conselleria de Territorio, tal y como avanzó Joan Boned, se ha comprometido a realizar el proyecto ejecutivo del acantilado de Talamanca una vez se haya elegido la opción definitiva. El plazo de ejecución de las obras, que desde Vila confían en licitar esta legislatura, se estima entre cinco y siete meses dependiendo del proyecto que salga elegido y el presupuesto rondará los 637.000 euros.