Tras 28 años de espera y reivindicaciones, la Colla de Sa Bodega pudo por fin estrenar ayer su propia sede social, un aula del antiguo colegio de sa Bodega, centro escolar que comparte con la Colla de Vila y la Escuela de Adultos.
Allí, la Colla de Sa Bodega dispone de un módulo de unos 60 metros cuadrados donde se programarán cursos de música (flaüta, tambor y otros instrumentos) y de confección de indumentarias tradicionales (espardenyes, mantons y capells), éstos últimos a cargo de Maria Torres. Además, también se ubicarán las pertenencias de la agrupación, como son los 240 trofeos y recuerdos conmemorativos de sus incontables actuaciones, el estandarte de la colla, multitud de fotografías o unos pequeños maniquíes vestidos de pagès que lucían ayer en las paredes y vitrinas del local. «Hasta ahora estaban en casa de unos y otros y nadie podía contemplar nuestra historia», explicó la presidenta de la entidad, Cata Prats.
Decenas de personas se acercaron durante la tarde de ayer para celebrar la inauguración de este espacio. Tras disfrutar de un espectáculo de cabaret a cargo de la Asociación de Vecinos de Es Clot y una ballada a cargo de la colla anfitriona en el gimnasio, se dispusieron a brindar por el regreso a la que siempre fue su casa.
Y es que, como Cata Prats señaló, la agrupación «siempre ha recibido un gran apoyo de la antigua escuela de sa Bodega y, tras un paréntesis de unos meses, estamos encantados de volver a la que siempre fue nuestra casa». Sin embargo, para evitar molestias a la Escuela de Adultos, seguirán ensayando en la nueva Escola sa Bodega, todos los martes de 19.00 a 20.00 horas.