No se le negó la asistencia y no estaba en peligro la vida de la mujer embarazada. De esta manera el IB-Salut se defiende de las quejas vertidas por la actuación en el centro de salud de Sant Antoni cuando una embarazada, de cinco de semanas de gestación y que había roto aguas, acudió la noche del viernes y se le comunicó que tenía que ir al hospital de Can Misses por sus medios. «O podía esperar, pero decidió irse, la celadora no puede activar por sí sola una ambulancia», dijo ayer la directora de Atención Primaria, la doctora Carmen Santos, ante las quejas por denegarle una ambulancia. Primaria está haciendo una investigación tomando declaración a los implicados en este hecho.
La directora de Primaria aseguró que «no se le denegó la asistencia, sólo se le dijo que tenía que esperar que la viera el médico». Una tercera persona, Mario Ribas, que estaba en Urgencias acompañando a su pareja y fue testigo junto a otras personas de la situación de la mujer, fue quien trasladó en su coche a la embarazada a Can Misses, donde esa misma noche fue evacuada a Son Espases. Santos explicó, por su parte, que el traslado se hizo «por la complejidad que se requiere, no por la gravedad de la señora; en Can Misses no tenemos lo medios para tratar a un prematuro». Ayer mismo, Mario y su pareja se pusieron en contacto con la mujer que les comentó que tiene que estar un mes ingresada en Palma.
Ante lo sucedido en el centro de salud y tras llevar a la embarazada a Can Misses, Mario volvió esa noche al centro para pedir las hojas de reclamaciones pero la celadora no las encontró. Según Santos, «profirió una serie de amenazas a la celadora, la puso nerviosa y no encontraba las hojas». Finalmente, tras la insistencia de Mario, la celadora encontró la hoja de reclamaciones justo cuando el hombre amenazó con telefonear a la Policía. «Les dije que estaban incumpliendo la ley y quería que me dieran la hoja de reclamaciones, pero querían que volviera el lunes. Saqué el móvil y les dije que iba a llamar a la Guardia Civil y fue cuando encontró las hojas», recuerda.
Según la versión ofrecida por Mario, en el centro de salud le dijeron que «no iban a activar una ambulancia para un caso así y fuimos nosotros los que la llevamos; era imposible que la chica pudiera llegar al hospital en su coche, había roto aguas y el chico que la acompañaba no tenía carnet de conducir; fue una situación surrealista y vergonzosa, una omisión de socorro en toda regla. Esto es algo indignante, es una de las cosas más fuertes que he visto en mi vida». Mario no parará y aseguró que interpondrán una denuncia colectiva con la afectada y otros testigos de lo sucedido.