Ángeles Nogales es la gerente de Fomento del Turismo en Eivissa, asociación que se dedica a la promoción de Eivissa como destino turístico. En la actualidad, la entidad se ha integrado en la Alianza por la Gestión Sostenible del Agua, que aúna a los diferentes actores sociales interesados en la gestión del líquido elemento en las Pitiüses.
—¿Por qué Fomento del Turismo en la Alianza por la Gestión Sostenible del Agua?
—El año pasado, Ibiza Preservation Found, junto con el GEN- GOB y la Universidad, elaboraron un trabajo de campo para analizar los acuíferos. El resultado fue preocupante y nos propusieron si podíamos hacer algo parecido a Alianza Mar Blava, que ha demostrado que sentados en una mesa diferentes actores con intereses distintos llegan a un consenso, optimizan recursos y se da una imagen de unidad. Por tanto, la participación de Fomento era imprescindible. Hemos sido promotores de esta mesa con la Ibiza Preservation Fund, la Pimeef e Ibiza SOS Aigua.
—¿Cómo influye la escasez de agua en la marca Ibiza?
—La pone en peligro. Nosotros desde que participamos en la Alianza Mar Blava hemos ido poniendo la versión ‘empresario' en todas estas acciones más sociales. Eivissa, como isla turística, tiene una obligación de reciclaje medioambiental para seguir siendo el centro de negocio que es. Cuando tú te planteas un horizonte a 25 años vista en Eivissa es imposible no incluir la sostenibilidad. Nos involucramos por mantener una imagen coherente con la marca que vendemos. Si vendemos paraíso, isla del Mediterráneo, naturaleza, cultura, mar, etcétera, eso es totalmente incompatible con el petróleo y en ese caminar nos hemos dado cuenta que hay deficiencias en temas de renovables, en cultura ciudadana, en legislación y aquí empieza a surgir el agua como un problema.
—¿Y qué soluciones encuentran desde Fomento de Turismo?
—Cuando vamos a una feria de turismo invitamos a los asistentes a venir a nuestra casa, pero el mismo día aparecen noticias acerca de que no garantizamos el suministro de agua ni que sea de calidad. Esa verdad no es algo que tengamos que decir de puertas para afuera; nos tenemos que sentar en casa y resolver. El tema del agua no hay que verlo como un problema. La cuestión es salir al mercado turístico y decir: ‘Eivissa es también vanguardia en este tema'.
—¿Se están tomando algunas medidas ya?
—La reforma de las instalaciones de los hoteles, debidas a la mala calidad del agua, están costando en estos momentos entre 2 y 6 millones de euros. No obstante, una empresa está haciendo todas sus instalaciones con circuito doble. El agua que depuran la usan para riego y para cisterna de váteres. Es un resort grande y no todo el mundo puede hacer este sistema.
—¿Piden la cesión de las competencias del agua para la isla?
—Ha habido una incoherencia en el diseño del predecreto de sequía del año pasado porque se hizo fuera de Eivissa. El concepto del agua en Mallorca es diferente, por ejemplo. Ahora está en marcha la confección de un plan hidrológico para Balears que no contempla las particularidades de cada isla.
Hay que reclamar competencias de gestión de agua a nivel insular. En la última reunión de alcaldes se creó la Mesa del Agua para gestionar de forma conjunta y pedir una gestión insular. Y esto se tiene que pedir desde todos los ámbitos. En la Alianza todos los agentes que la componen están alineados en los mismos objetivos.
—¿Qué es lo más importante para empezar a trabajar?
—Ahora lo más importante es tener datos contrastables y estudiables. A partir de ahí, hay que dimensionar. A mí me hablan de miles de litros de agua que se pierden en las fugas y no puedo entenderlo. Además, un tema que es inmediato es empezar a ver en qué situación se encuentra la desaladora de Santa Eulària. En qué punto nos encontramos con esta infraestructura y qué es lo que se debe hacer para ponerla en funcionamiento cuanto antes.