El Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany ha contratado la redacción de un mapa de ruidos que recoja con detalle cuáles son las zonas del núcleo urbano más contaminadas acústicamente para poder actuar en consecuencia.
Tanto la Ley 1/2007, de 16 de marzo, contra la contaminación acústica de las Illes Balears como el Real Decreto 151372005 establecen la obligación legal por parte del Consistorio de elaborar un mapa de ruidos como elemento básico de diagnóstico, a partir del cual poder establecer medidas correctoras y planes de actuación específicos.
El Ayuntamiento, según han explicado, cumple así con esta obligación, también recogida en el artículo 11 de la Ordenanza municipal reguladora del ruido aprobada en 2013.
"A pesar de que siempre se había negado su existencia, meses después de llegar al Ayuntamiento encontramos un mapa de ruidos, que se realizó en vinculación a las Normas Subsidiarias que se tramitaban entonces", ha señalado Pablo Valdés, concejal de Medio Ambiente.
Inicialmente, el actual equipo de gobierno pretendía aprobar aquel mapa para que sirviera como punto de partida en la elaboración de un plan de acción municipal contra el ruido.
Tras encontrar deficiencias en dicho documento, se decidió revisarlo antes de someterlo a exposición pública y aprobación.
"Tras consultar con distintos técnicos, todos coincidieron en la poca entidad del documento en cuestión y apuntaron una serie de defectos, especialmente concernientes a los datos de población expuesta y zonificación, por lo que se hacía recomendable la revisión de ese mapa que nunca se llegó a aprobar", ha añadido el primer teniente de alcalde de Sant Antoni.
En los próximos meses, se procederá a la revisión de este texto y a la subsanación de sus deficiencias, haciendo especial hincapié en el ruido que se registra en el casco urbano vinculado al sector del ocio.
La empresa redactora deberá además elaborar un plan de acción consecuente con las realidades que aparezcan retratadas en el nuevo mapa.
La presencia de actividades claramente estacionales obliga a que buena parte del trabajo de campo se tenga que llevar a cabo este verano a través de la construcción de un modelo de simulación en base al censo de actividades municipal.
El objetivo es que el mapa de ruidos de Sant Antoni esté listo a finales de 2016 y que se convierta en una herramienta con la que el Ayuntamiento pueda trabajar los próximos veranos.
Los datos que arrojaba el mapa de ruidos encargado en el mandato anterior señalan que varias zonas del municipio están muy por encima de los parámetros legalmente establecidos, por lo que si estos datos se confirman y quedan recogidos en un diagnóstico firme y definitivo, el Ayuntamiento podrá utilizarlo para adoptar medidas correctoras contundentes con el fin de restablecer la normalidad, pudiendo llegarse incluso a la declaración de ciertas zonas acústicamente saturadas.