Los trabajos de construcción del muro que rodeará el bloque de viviendas de la UA27 desalojado a finales de abril se están retrasando y no acabarán hasta al menos dentro de dos semanas.
El muro, cuya construcción estaba previsto que durara dos semanas en total, se proyectó para impedir nuevos intentos de ocupación en las viviendas. Tendrá una altura de dos metros y medio y 150 metros de perímetro, de los cuales se han levantado de momento unos 60 metros en la calle Alt.
Según informaron fuentes cercanas a la obra, hoy empezarán a trabajar en la calle Retir para acabar de rodear el edificio aunque, en este caso, los trabajos serán más costosos debido a la estrechez de la vía que no permite entrar maquinaria, lo que obligará a los obreros a trasladar a mano uno por uno los bloques de hormigón que conforman la pared, con el correspondiente retraso que esto supone.
La mejor opción
El concejal de Patrimoni, Pep Tur, defendió ayer la construcción del muro por ser «una opción más viable presupuestariamente» que mantener la vigilancia sobre la zona durante las 24 horas.
Tur admitió el impacto visual que tiene el muro sobre la zona pero recordó también que su función es «proteger una propiedad municipal». «Parece que es una opción muy radical pero es una decisión muy meditada entre policía, técnicos y arquitectos y poniendo sobre la mesa varios aspectos», entre los que se encuentran la conservación de un edificio cuyas fachadas están protegidas por ley. Además, explicó que los muros de estas viviendas presentan unas patologías importantes, por lo que el muro ayudará a conservarlos en buen estado.
La construcción del muro se está llevando a cabo con normalidad sin ningún tipo de resistencia por parte de los vecinos del barrio, que ayer se convirtieron en protagonistas de un reportaje que una televisión holandesa está grabando en las calles de sa Penya sobre la problemática del barrio.
Según informaron las personas afectadas por los desalojos, tres familias más abandonaron ayer la isla y viajaron a Mallorca donde podrán instalarse en uno de los pisos que el Instituto Balear de la vivienda (Ibavi) cedió al Ayuntamiento de Eivissa para albergar a las personas de sa Penya que lo hubieran solicitado a los Servicios Sociales municipales.