Hace año y medio se constituyó oficialmente la Asociación de Vecinos de la Vénda de es Fornàs con alrededor de cien vecinos preocupados por la presencia de ingenieros y topógrafos en sus fincas tomando medidas para proyectar una línea de alta tensión. Y al frente de ella se ha situado Pere Juan Ribas (Puig d'en Valls, 1966), que conoce a la perfección esta zona desde que de pequeño recorría de punta a punta el torrente de es Fornàs.
—¿Por qué están en contra de esta línea de alta tensión?
—Tenemos una vénda muy protegida, con áreas con alto nivel de protección y las líneas (eléctricas) que pasan por encima de nuestras casas y no tenemos acceso a la luz corriente. El hecho de tener todos estos intereses marcados que en su día se propugnan como de interés general no entendemos que por un interés que nosotros también entendemos de interés general quieran ahora romper la imagen de este paisaje que nos queda.
—¿Cuántos vecinos no tienen corriente eléctrica?
—Es difícil hablar de número de vecinos pero el 70% del territorio no tiene acceso a la luz, el resto tiene placas solares. La última persona que llevó la luz a su casa le costó 150.000 euros porque, además, el PTI a cualquier particular le hace enterrar las líneas para acceder a esta luz y luego las grandes empresas sí que pueden tener tendidos aéreos porque el Plan Director Sectorial Energético se lo permite.
—¿Esta línea de alta tensión podría llevar la luz a es Fornàs?
—No, en ningún caso se contempla crear enlaces con la gente de aquí. Pero tampoco es lo que pedimos, no es una moneda de cambio porque preferimos que no la pongan, que quiten la línea vieja y seguir con las placas solares.
—¿Qué piden? ¿Que se soterre o que no se haga directamente?
—Nosotros entendemos que si los técnicos consideran que es necesaria por el consumo energético que hay en la bahía de Sant Antoni y en Sant Josep nosotros no lo discutiremos, pero sí el cómo. Siempre hemos planteado un soterramiento y hemos ofrecido que si no puede hacerse por la carretera de Sant Antoni, que ya es una cicatriz en el territorio, pues ofrecemos los mismos viales públicos de los caminos de es Fornàs que también acceden a la subestación de Sant Agustí, ya que la finalidad de esta línea es unirla con la otra estación.
—Es decir, si finalmente no la pueden soterrar, ¿qué alternativa proponen?
—Nosotros no somos técnicos para proponer una alternativa, pero en su día los técnicos del Consell ya pidieron que circunvalaran sa Serra Grossa o que plantearan un tendido soterrado. Nosotros no decimos que nos la quiten a nosotros y la lleven a Can Cantó o a Can Ric. Tendrían que ser los técnicos los que dijeran cuál es el trazado con menor afectación de propiedades posible.
—Después de hablar con las administraciones, ¿qué creen que pasará? ¿Son optimistas?
—Tenemos el apoyo político de todas las instituciones y estamos contentos pero vemos que este proyecto viene de un rango superior, el Ministerio de Industria, que es su promotor como accionista mayoritario de Red Eléctrica. No es tan fácil, es una batalla que se tiene que ganar en despachos de técnicos de medio ambiente razonando, argumentando y debatiendo todo el proyecto. Si podemos hacerles recular podríamos volver al punto de partida y consensuar el proyecto.
—¿Han hablado con Red Eléctrica?
—Nunca. Antes de la exposición pública del proyecto intentamos acceder a los que encargan este proyecto a Red Eléctrica pero nos costó mucho que nos contestaran y no nos contestaron lo que nosotros queríamos.
—Una vez leído el estudio de impacto ambiental que ha presentado la empresa, ¿qué les parece?
—Nos parece que tiene muchos vacíos. Habla de lo que no se tendría que hacer e inmediatamente después, lo desarrolla. Habla de que no pueden afectarse los BIC como la Torre de Can Negre o la de es Fornàs y resulta que pasa una línea por encima.
—La empresa asegura que no tiene por qué soterrar la línea.
—Red Eléctrica es como un robot: responde a las directrices que marca el Estado, que le dice cómo tiene que hacer las cosas. En la última legislatura, el ministro Soria empeoró la situación porque aprobó que no hacía falta que entierren más de 500 metros desde la salida de la subestación, por lo que han anulado el soterramiento que iba desde la subestación Torrent hasta el cuartel de sa Coma y ahora irá en tramo aéreo haciendo una circunvalación por Puig d'en Valls y entrando por Can Negre. Su finalidad es gastar la menor cantidad de dinero posible y lo que les obligue el Estado.
—Esta semana los vecinos os habéis reunido, ¿qué habéis decidido?
—A pesar de que estamos en agosto hemos tenido mucha asistencia y se han asentado las bases para seguir con la misma lucha y hacer una provisión de fondos para encargar los proyectos medioambientales que pudieran contrarrestar los efectos del que ha presentado Red Eléctrica, así como una tasación de las fincas y un trazado alternativo viable y serio de un ingeniero industrial.
—¿Cuánto costaría soterrar la línea?
—Como que ya hace tiempo que estamos en este tema yo he tenido reuniones con el antiguo director general de Indústria, Jaime Ochogavía, que me dijo que eran nueve millones más de euros. Este sobrecoste no es ningún escándalo no es ningún escándalo porque estamos hablando de una infraestructura que durará más de 80 años, por no decir más, sobre el territorio, y que rompe toda la posibilidad de crecimiento sostenible y desestacionalizador en una vénda como es Fornàs.
—¿Quién podría pagar este dinero?
—Lo más rápido sería pensar en la ecotasa, que se crea para suplir el efecto de la presión humana sobre el territorio. Y tendríamos que recurrir a ella ahora, porque esta línea se considera que es un punto caliente que podría romperse y llegar a un cero eléctrico en 2017, por lo que están en su obligación de arreglarla y esperan a última hora para hacerlo y presionan a los políticos de turno, quienes actúan con miedo y acaban cediendo.
—¿En qué sentido van las alegaciones que habéis preparado?
—Las alegaciones hablan del efecto que la línea tiene sobre el territorio e intenta dar una solución para soterrarla bien por la carretera de Sant Antoni o por la misma vénda de es Fornàs o que encuentren un trazado alternativo que no tenemos que marcar la asociación.
—¿Cree que este proyecto sólo afecta a los vecinos de es Fornàs?
—No, ni mucho menos. Desde el momento que decimos que estos parajes protegidos son de interés general, no tiene lógica que por el mismo interés general creemos una infraestructura para destruirlos. Este es el principio de la política expansiva que tienen estas empresas y de aquí poco tiempo alegarán que tienen que homogeneizar los trazados entre las estaciones y nos conducirá a que esta será la primera línea que se hará a 132 kV pero a continuación se harán muchas y afectará a toda la isla de Eivissa. Nos encontraremos que por todo habrá torres de 30 a 60 metros que invaden nuestro paisaje.
—¿Les preocupa también la depuradora que se hará en sa Coma?
—Nos preocupa tanto como la línea de alta tensión. Cuando fuimos al Consell nos dijeron que llegábamos tarde, que ya estaba licitada. Es muy probable que en poco tiempo haya problemas con esta depuradora y no la vemos bien.
—¿Qué otras carencias tienen en es Fornàs, además de la falta de luz eléctrica?
—La suerte de poder vivir aquí nos consuela de todo lo que nos falta. Tenemos unos accesos deficitarios a pesar de que los hemos arreglado desde que hemos hecho la asociación. La cobertura es nula, estamos incomunicados a nivel de internet y tenemos que contratar sistemas rarísimos. Aunque en los últimos años han llegado aquí muchas parejas jóvenes que les ha dado igual tener la luz con placas solares.
—¿Los ladrones también han llegado a esta zona?
—Los ladrones no perdonan y a lo mejor te vas a tomar un helado a Vila y cuando vuelves te han desaparecido las placas solares del tejado.
—¿Os planteáis alguna medida extraordinaria de presión?
—Ahora intentamos que haya muchas alegaciones y que la sociedad ibicenca se implique. Antes de que finalice el periodo de alegaciones, seguramente será el 1 de septiembre aunque todavía no lo tenemos cerrado, invitaremos a la gente que nos acompañe para que desde el Govern vean que hay una nutrida población preocupada por este trazado y por esta forma de desarrollar infraestructuras en un territorio que vivimos del turismo.