«Recuperando la costa para gente. Nos quedamos a pesar de los intentos de que nos fuéramos». Éstas son las palabras que el diputado autonómico Aitor Morrás, de Podemos, escribió ayer en su perfil de Twitter después de llegar junto a una docena de personas hasta una de las terrazas construidas a pocos metros de la costa y en zona de dominio público en el municipio Sant Josep.
Semanas atrás fue el conseller insular de Medi Ambient, Miquel Vericad, el que denunció a través de las redes sociales las dificultades que tienen los bañistas para acudir a algunas zonas de dominio público que algunos propietarios de casetas varadero o de algunas viviendas cercanas se han apropiado de ellas. Este es el caso de una mansión al borde del acantilado que hay entre sa Figuera Borda y Platges de Comte. En este lugar se han construido una escalera y dos terrazas con tarima de madera sobre la roca a escasos metros del agua, en clara zona de dominio público. Un lugar al que ayer esta docena de personas que se juntó a través de las redes sociales quiso acceder, no sin encontrar dificultades. «Hemos ido a ver si nos ponían pegas para pasar y para comprobar que allí han construido unas plataformas de madera. Como han visto que éramos unos cuantos nos han dejado quedar», comentaba ayer el exconseller Juanjo Cardona, de Gent per Eivissa, una de las personas que ayer se acercó hasta este punto de la costa josepina.
«¿Queréis un ‘lugar especial' para ir a la playa? Recomendad este rincón pasado Comte. Limpio, cómodo, seguro y familiar. Que todos puedan disfrutar de estas instalaciones en dominio público mientras no lo devuelvan a su estado original», escribió Cardona en su cuenta personal de Twitter.
La actuación de este grupo es una manifiesta denuncia contra estos abusos prepotentes de algunos que se creen por encima de todo. Deberíamos unirnos de forma inmediata a esta iniciativa para evitar la privatización de algo que es público y de cuya servidumbre podemos disfrutar todos. Y no solo son unos cuantos adinerados con casas al borde del mar -que ya empiezan a ser muchos- sino tambien, otro tipo de negocios que hacen de su capa un sayo. ¿Pero, en dónde vivimos que mucha gente se cree que estamos huerfanos de leyes o normativa que nos regule? Por no hablar de la falta de ética y civismo que muestran muchos de nuestros visitantes.